No contentos con acudir a las calas cargados con neveras, sombrillas y hamacas, los bañistas también se echan a la espalda los kayaks. Este verano es, sin duda, el de la definitiva eclosión de las piraguas. Remar está de moda en el litoral más agreste de la Marina Alta, el de las recoletas calas. Y como los ayuntamientos, abrumados por el caos de coches que se formaba en los accesos a esta costa, han instalado barreras y las han liberado de tráfico, a los turistas les toca caminar un buen trecho con el kayak a cuestas. Estas semanas se ve a muchos bañistas acarreando estas embarcaciones inflables o de casco rígido en la empinada bajada de la cala del Moraig, en el Poble Nou de Benitatxell, en la Barraca y la Granadella de Xàbia o en les Rotes de Dénia.

Un verano con el kayak a cuestas en las calas de la Marina Información

Desde principio de verano, se observa que el kayak hace furor. En el litoral entre la Granadella y la Barraca, en Xàbia, que es el de las cuevas marinas del Llop Marí y Els Òrguens, triunfan las excursiones organizadas. Cada día zarpan del varadero de la Granadella decenas de piraguas. Pero la cosa ya trasciende estos paseos con monitores. Muchos turistas se traen la piragua de casa.

Un verano con el kayak a cuestas en las calas de la Marina Información

Descubrir a paladas el litoral más abrupto y frágil de la Marina Alta es sostenible. Eso sí, hay que evitar que los kayaks lleguen en tropel a lugares sensibles como las cuevas marinas. En la Cova Tallada está en vigor desde el 15 de junio la restricción de visitas tanto por tierra como por mar. En kayak, pueden llegar cada día 112 personas.