Calp tendrá su propio Observatorio de Ciudades Sostenibles y Resilientes. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, y la alcaldesa del municipio, Ana Sala, firmaron este martes la creación de dicho organismo que servirá como herramienta para analizar estas cuestiones.
Mazón explicó que este observatorio permitirá «romper falsos mitos y testimoniar que en la provincia de Alicante somos cumplidores del desarrollo sostenible. La creación de este ente de análisis se anunció durante las jornadas del curso sobre «Ciudades resilientes y sostenibles» que se celebra en el Campus de Excelencia Empresarial Casa Nova en el municipio calpino y que está organizado por el Ayuntamiento de la ciudad y Global Omnium, y la colaboración de la Universidad de Alicante.
Durante tres días, expertos de varios ámbitos debatirán sobre ciudades resilientes y sostenibles, turismo sostenible y economía circular y objetivos desarrollo sostenible. Este curso es el primero dentro de los organizados por «GoCalp». El objetivo de estas jornadas es el de convertirse en un referente de carácter anual para tratar problemáticas medio ambientales. También para abordar la aportación de las ciudades a la mitigación de los efectos del cambio climático a través de la tecnología y los nuevos modelos económicos y su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El presidente de la Diputación de Alicante participó en la apertura de estas jornadas donde resaltó la importancia de «encontrar el equilibrio entre el desarrollo y la sostenibilidad», al tiempo que concretó que es desde la municipalidad «donde se trabaja el respeto al medio ambiente y se expande al resto de administraciones».
Mazón explicó que la provincia es un «lugar comprometido con la protección del territorio y donde se promueve su respeto». En este punto hizo referencia a que jornadas como las de estos días ponen de manifiesto que un municipio turístico como Calp «es una referencia de la responsabilidad ambiental». El presidente de la institución provincial estuvo acompañado por la alcaldesa y por el nuevo director de la Agencia de Protección del Territorio de la Generalitat, Manuel Civera. De hecho, Sala anunció que el municipio se ha adherido hace poco menos de un mes a la Agencia de Protección del Territorio de la Generalitat.
Mazón destacó que el desarrollo sostenible es un término «muy adecuado» para la resiliencia, porque «lo importante es el trabajo del día a día y el hecho de que los objetivos de desarrollo sostenible se estén implantando en la sociedad desde abajo hacia arriba». Con todo, el presidente reafirmó el compromiso de la Diputación de Alicante con el Ayuntamiento de Calp y la realización de acciones conjuntas como programas como el de los vehículos eléctricos, con una inversión de 5 millones de euros para renovar toda la flota de vehículos públicos de atención; así como la responsabilidad tecnológica en aspectos como el ciclo del agua o la apuesta por las Smart Cities.
Sobre ese desarrollo sostenible, indicó que «no debe ser involución, porque eso genera pobreza y tenemos que ofrecer empleo, actividad y futuro». Es la «compatibilidad de ambos lo que nos situará en el punto exacto».
Epicentro sostenible
Por su parte, Sala recordó que la sostenibilidad es un «concepto que no es nuevo y que se enfoca en preservar los recursos que tenemos para legarlos a las nuevas generaciones». Así añadió que «queremos ser ese epicentro de la sostenibilidad con este primer curso de otoño de ciudades resilientes y sostenibles».
Las jornadas arrancaron ayer con diversas mesas y ponencias de expertos como el catedrático de la UA y experto en climatología, Jorge Olcina; la directora de la Fundación Empresa y Clima, Elvira Carles; el director de la cátedra de la Unesco, Pere Fullana, y el director de la revista a Goa, José Sierra. Además, la consellera de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Mireia Mollà, presentó el Informe sobre Emisiones de CO2 que elabora la fundación Empresa y Clima y que manifiesta la obligación de multiplicar por diez los esfuerzos para poder alcanzar los compromisos del Acuerdo de París.
Mollà reivindicó la necesidad de agilizar de manera «exponencial» la reducción de emisiones de CO2, para alcanzar los objetivos inaplazables en materia de descarbonización que fija recortar las emisiones en un 40% para el año 2030 y alcanzar la neutralidad en 2050.
