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La víctima del crimen machista en Moraira temía que su pareja iba a asesinarla

Dos excompañeros de la fallecida y una camarera declaran en el juicio que Alina les confesó que tenía miedo de que la matara

El acusado, a la derecha, habla con su abogado defensor, Francisco Miguel Galiana. JOSE NAVARRO

Horas antes de ser asesinada de 16 cuchilladas por su pareja sentimental en la agencia inmobiliaria que regentaba el acusado en Moraira, Alina Mocanu, de 36 años, le confesó a una camarera de un pub que su compañero sentimental «la quería matar, que iba a matarla y no sabía qué hacer». Así lo ha asegurado la testigo en el juicio por este crimen machista que se celebra con un jurado popular en la Audiencia de Alicante. Y no fue la única declaración en este sentido. Dos excompañeros sentimentales de Alina, uno de ellos padre del hijo de ambos, que entonces tenía 14 años, también han declarado en la vista oral que les dijo que temía por su vida. Uno de ellos afirma que la semana anterior al crimen recibió varios audios de su expareja donde le confesaba sus temores.

Según la camarera de uno de los pubs de Moraira donde estuvo la víctima la noche del 15 de febrero de 2020, Alina le confesó que «se sentía amenazada» por Arthur. En anteriores ocasiones ya le había hablado de las discusiones que tenían y de la mala relación, pero ese día fue tajante al afirmar que iba a matarla. «Sí me lo creí pero no le di importancia», ha manifestado la camarera.

Por su parte, el excompañero sentimental de Alina ha relatado que hablaba con ella con frecuencia y le decía que el ahora acusado era «tóxico, que le pegaba y no la trataba bien». El testigo ha resaltado asimismo que Alina le mandó unos mensajes de audio a través de WhatsApp donde afirmaba que se «sentía amenazada de muerte y tenía miedo porque iba a matarla. A pesar de esta situación, la mujer continuó viviendo en la misma casa del que se convirtió días más tarde en su asesino.

«No se iba de la casa porque tenía miedo», ha señalado su excompañero sentimental, quien no tuvo dudas al ver las noticias de la aparición de un cadáver sin identificar en un contenedor de basura soterrado en Moraira: «Cuando lo vi en la tele pensé seguro que es ella y cuando no me contestaba a los WhatsApp fui a la Guardia Civil».

Otro excompañero sentimental de Alina, padre de uno de los dos hijos menores de edad que tenía la víctima, ha confirmado también que «tenía miedo y le acosaba, decía que la trataba mal y temía por su vida».

Tanto la camarera del pub donde estuvo Alina como el oficial de la Guardia Civil responsable de la investigación ha coincidido en relatar que el acusado acudió esa noche varias veces al local donde estaba ella con otro hombre. Vio que se besaba con él y que luego hablaba con otros hombres. Discutieron y Arthur entró y salió varias veces, pasando por delante de la cristalera del local para controlarla. Al final se marcharon del pub los dos juntos a las tres de la madrugada del 16 de febrero y de ahí se trasladaron al local de la inmobiliaria del procesado, donde el acusado comenzó a acuchillarla de forma sorpresiva y acabó degollándola con un cuchillo.

La madre de Alina también ha comparecido en la Audiencia de Alicante y ha confirmado que la relación de su hija con el exmarine holandés Arthur Arthur Rudolphus M.K. «era muy mala... Le pegaba y discutían». La madre dice que le pidió que se fuera a otra casa y cortara la relación, «pero no sé por qué no lo hizo». A pesar de la situación, la madre no pensaba que pudiera hacer lo que hizo.

Varios propietarios y empleados de bares y pubs de Moraira han declarado que echaron en varias ocasiones a Alina de sus establecimientos porque era problemática con los clientes y les causaba molestias. Asimismo, testigos que vieron el acusado el día del crimen han manifestado que no vieron que estuviera ebrio pese a consumir copas en diferentes locales.

Un amigo del acusado que convivía con el acusado y la víctima ha declarado que Arthur le confesó el crimen al día siguiente y que Alina era la que agredía verbalmente a su pareja cuando esta ebria. Por otro lado, un abogado ha ratificado que se cruzó cuando Arthur iba a entregarse a la Guardia Civil y le dijo lo que había matado a Alina.

Dos operarios de la empresa de recogida de residuos de Teulada Moraira han explicado en el juicio que ellos se encargaba de la retirada de enseres y al pasar por unos contenedores soterrados vieron que había unos juguetes tirados. Al proceder a tirarlos al contenedor fue cuando vieron un bulto alargado. Era el cuerpo de Alina envuelto en un edredón con manchas de sangre y atado.

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