«El pueblo está conmocionado, todos nos conocemos y ha sido una tragedia», apunta una vecina de la localidad manchega de Daimiel tras el fallecimiento de Miguel Ángel Rodríguez de Guzmán en el Medusa Festival durante la madrugada de este sábado. Una tormenta seca derribó sobre el público varias estructuras del escenario principal y de la gran puerta de acceso y acabó con la vida del joven de 22 años, conocido por ser el hijo del Neme, propietario de la Churrería El Mirador, situada en la calle Nueva de Daimiel. «Es un bar muy conocido porque es el único que hay en esa calle, una de las más largas del pueblo», relata la misma vecina.

Miguel Ángel era el hijo mayor de Nemesio y Lourdes, pareja que tiene otra hija menor y que, después de casarse, cogieron el bar de la calle Nueva de Daimiel, propiedad en aquel entonces del abuelo materno del joven fallecido, quien también ayudaba a sus padres en las tareas de servicio y restauración. Aunque su verdadera pasión y a lo que se dedicaba profesionalmente era el campo.

Trabajaba de agricultor como peón en la empresa Agroleticia S.L. desde 2020 pese a su temprana edad y se desempeñaba con soltura en las máquinas para recoger los cereales que se cultivan en esa zona de Ciudad Real, especialmente diferentes tipos de trigo y cebada. También llegó a trabajar en tareas ganaderas y cinegéticas.

Miguel Ángel tenía novia, estudió bachillerato en el IES Ojos del Guadiana y era «buena gente, trabajador y muy agradable», declara otro vecino de la localidad de Ciudad Real.

La Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Daimiel aprobó ayer una declaración institucional lamentando la pérdida del joven daimieleño, quien acudió al festival con otros amigos del pueblo. Por medio de la misma, el Ayuntamiento de Daimiel ha trasladado «su más sentido pésame a los familiares y amigos».

La consellera de Justicia, Gabriela Bravo, también informó de que se ha facilitado alojamiento y atención a los padres de Miguel Ángel y se está la espera de que se practique la autopsia.