Tres horas de Dénia a Alicante en TRAM: ni nuevo, ni inesperado

No hay comparación entre el «fevemocho» y el TRAM: lo de aquí ya se conocía desde 2018

El alcalde de Benissa con la consellera Rebeca Torró y otros cargos del Consell en las obras del nuevo viaducto del Quisi, el verano pasado.

El alcalde de Benissa con la consellera Rebeca Torró y otros cargos del Consell en las obras del nuevo viaducto del Quisi, el verano pasado. / INFORMACIÓN

El PP autonómico ha desplegado en los últimos días una importante artillería contra el Consell, y muy especialmente contra Ximo Puig, comparando el fiasco de los trenes encargados para las líneas de ancho métrico de Asturias y Cantabria que no cabían por los túneles con el recién abierto tramo norte del TRAM Alicante-Dénia. Los populares han hablado de «chapuza» y han exigido dimisiones, alertando que los nuevos trenes-tram que llegan a la capital de la Marina Alta pesan demasiado como para pasar por tres puentes metálicos de la línea, y que los transbordos alargan a tres horas el viaje hasta la capital provincial. Los dos aspectos señalados son ciertos, pero son algo que ya se sabía desde hacía tiempo y que la propia Generalitat había anunciado, y en cuya solución se está trabajando.

La situación, además, obedece en parte a la voluntad de salvaguardar un gran ejemplo de patrimonio de la ingeniería ferroviaria de principios del siglo XX: el viaducto del Quisi o de Santa Ana, en Benissa. Una espectacular construcción metálica de 172 metros de largo y nada menos que 50 de altura, que en un principio iba a ser desmantelado y sustituido por uno nuevo, pero que finalmente se optó por mantener y construir otro puente paralelo. La decisión se debió en parte a la presión social, que vino, entre otras instancias, del Ayuntamiento de Benissa. Todos los grupos políticos municipales se mostraron a favor de esta decisión, a sabiendas de las consecuencias que tendría.

Entre otras, que hasta que no estuviera terminado el nuevo viaducto del Quisi no podrían circular por aquí los trenes-tram encargados para cubrir el servicio de la línea 9, entre Benidorm y Dénia, y que mientras tanto sería obligado hacer un transbordo en Teulada. Esto es de dominio público desde mayo de 2018 y, de hecho, así lo recordó la consellera de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Rebeca Torró, cuando en agosto del año pasado acudió a visitar las obras del puente nuevo del Quisi. Un acto al que también asistió el alcalde de Benissa, el popular Arturo Poquet, tal y como muestran las fotografías que se hicieron públicas de aquella jornada.

El viaducto del Quisi, antes de que comenzaran las obras del nuevo.

El viaducto del Quisi, antes de que comenzaran las obras del nuevo. / ALFONS PADILLA

Al servicio del TRAM entre Benidorm y Dénia se le pueden poner pegas como que la frecuencia de paso de los trenes sea de una hora, ya que eso penaliza aún más los transbordos que resulta obligado hacer en Teulada y Benidorm para poder seguir viaje hasta Alicante. También es cierto que, como publicó este periódico, las tres horas de trayecto entre la capital de la Marina Alta y la de la provincia hacen del «trenet» un medio inviable para distancias largas. Pero eso ya se sabía, al igual que la necesidad de realizar esos transbordos y el motivo. Yno lo ocultó la misma Generalitat cuando el pasado enero Ximo Puig asistió a la puesta en servicio del tramo Gata de Gorgos-Dénia.

Es legítimo que el PP critique la lentitud del TRAM y la obligación de tener que transbordar dos veces en apenas 90 kilómetros, pero no resulta para nada razonable que compare esta situación con el fiasco de los nuevos trenes para Asturias y Cantabria, porque lo de aquí ya se sabía desde hacía cinco años y la propia administración autonómica así lo reconoció desde un principio. Tampoco es muy afortunado decir que el tramo recién reabierto de la línea «no da servicio a nadie», porque a buen seguro que, en el mes que llevan en marcha, son muchos los vecinos de Teulada, Gata, La Xara y Dénia que han utilizado unos trenes-tram cuyas características y prestaciones estéticas y técnicas superan, con mucho, a los ya veteranos automotores diésel que cubren el resto del trayecto hasta Benidorm.

Al Consell se le puede, y se le debe, exigir que el nuevo viaducto del Quisi esté terminado el próximo julio, como indicó la consellera Torró el año pasado, y que desaparezcan cuanto antes los dos transbordos. También es lícito, como parte de la crítica política, afear a Ximo Puig que no se haya opuesto con firmeza a que el Gobierno cierre la línea de ancho convencional Aranjuez-Cuenca-Utiel, que ha dejado sin tren a dos localidades valencianas. Pero no hay comparación posible entre el «fevemocho» y el TRAM: no ha habido chapuza alguna por parte del Consell, tan solo se está cumpliendo una planificación anunciada por primera vez en 2018 y que era conocida por todos.