El castillo de Dénia se asoma al mundo: abre ventanas a Nápoles, Constantinopla, Amberes, Túnez y El Cairo
El centro de interpretación, situado en lo alto de la fortaleza, en la galería oriental del Palau del Governador, abre sus puertas y logra el reto más complejo: que la historia sea sencilla y se entienda de un vistazo

La galería oriental que ahora acoge el centro de interpretación "Dénia, ciutat vigia" / A.P.F.
Quizá el gran hallazgo ha sido el de abrir las ventanas. Orear la historia. Sacudirle las sombras. El gran hallazgo es quizá la perspectiva. La arqueología son las raíces de la historia. Dénia ahonda en su pasado. Brota la memoria. Pero para entender, para trenzar un contexto, hay que levantar y aguzar la vista y mirar lejos, incluso muy lejos. La historia es atalaya. Mientras, la palabra galería remite a lo subterráneo, a lo cerrado. Pero esta galería oriental del Palau del Governador abre ventanas al mundo. Las ventanas, como ha explicado hoy la responsable de los museos y del área de arqueología de Dénia, Massu Sentí, también son puentes. Y estos llegan a El Cairo, Constantinopla, Túnez, Nápoles y Amberes. Cinco ventanas abiertas al Mediterráneo (y más allá) y al gran pasado de Dénia. Ventanas que funcionan como brújula: se indican los puntos cardinales, las coordenadas y las distancias. "Desde el centro de interpretación vislumbramos la diversidad del mundo y la complejidad urbana de Dénia y de su puerto", ha destacado Sentí.

La ventana que apunta hacia Constantinopla / A.P.F.
Dénia ha hecho hoy fiesta. En la Plaça de l'Ajuntament, tañían las campanas. Allí ha comenzado el paseo hasta lo alto del castillo, hasta el Palau del Governador, el edificio de traza renacentista que simboliza una época cumbre, la del Duque de Lerma y Felipe III, quien le otorgó a Dénia el título de ciudad en 1612. El monarca y su esposa Margarita de Austria visitaron tres veces Dénia. Y lo hicieron con toda su corte y cancillería.
Y aquí, en esa atalaya, está la galería oriental del Palau del Governador, la sobria construcción donde hoy se ha inaugurado el centro de interpretación "Dénia, ciutat vigia". El reto, como ha subrayado Sentí, era complejo. Había que hacer sencilla la historia. Aplicar economía de hallazgos (solo los más representativos) y hacer posible que el visitante entendiera de un vistazo el pasado. Un centro de interpretación no es un prolijo museo. Es pedagógico y divulgativo y no tan erudito. Éste de la galería oriental del castillo disuelve de alguna forma los muros de la historia. Las ventanas dan luz. Luz interior y luz hacia afuera. Es todo un hallazgo dirigir la mirada a esas ciudades que han influido en la Dénia cosmopolita y abierta al mundo. Estas ventanas también son un caleidoscopio.
La idea de crear esta atalaya a la historia y de "leer" en el puerto, en la trama urbana o en el Montgó el pasado surge también de un lugar remoto (en el tiempo, que no en el espacio). La legendaria Hemoroskopeion (la palabra significa atalaya o torre vigía), la colonia griega a la que aludió el geógrafo Estrabón y en la que se adoraba a la diosa Artemisa (luego la Diana romana), pudo estar en la cima de este "turó" (altozano) donde luego se construiría un castillo que, como la ciudad, ha sido crisol de culturas y civilizaciones.

Numerosos vecinos han acudido a la inauguración de "Dénia, ciutat vigia" / A.P.F.
El centro de interpretación sintetiza cinco grandes periodos de la historia de Dénia: el íbero (el de la colonia griega de Hemeroskopeion), el romano de Dianium, el islámico y de la taifa de Daniya, el del título de ciudad de 1612 (gran esplendor renacentista) y el de la exportación de la pasa. Cada panel transparente incluye dos hallazgos arqueológicos, uno de la arqueología urbana y otro de la subacuática (la costa dianense es un gran yacimiento). Pero no se ha querido abrumar con piezas de museo. Aquí se invita más a mirar afuera y a mirar lejos. No es un lugar para ensimismarse, sino para expandirse. Además, ahora se han retirado revoques que alteraban la galería oriental. Se ha descubierto la roca original de esta atalaya pétrea.
Massu Sentí ha apuntado que un gran desafío es ahora adecuar la plataforma superior del castillo y lograr que estos espacios sean absolutamente accesibles. Ha asegurado que la apertura del centro de interpretación marca "un hito en un futuro que se vislumbra sugerente".

El duque de Lerma, el gran artífice del esplendor de Dénia a comienzos del siglo XVII. / A.P.F.
"Impresionados"
Mientras, el alcalde, Vicent Grimalt, ha recalcado que esta galería es un retazo en la historia milenaria de la ciudad de Dénia. Ha matizado que ese "breve fragmento", el de la transformación renacentista del castillo y el de la época del Duque de Lerma y de Felipe III, demuestra que el pasado de la ciudad es riquísimo. "Estamos convencidos de que os vais a quedar impresionados", le ha dicho Grimalt a los numerosos vecinos y vecinas que se agolpaban en la entrada al nuevo centro de interpretación.
El concejal de Cultura, Raúl García de la Reina, ha enfatizado que este espacio de "Dénia, ciutat vigia" es "un hito en el proceso de mejora sucesiva del castillo".
Dénia ensancha su historia. No se conforma con mirar adentro. Abre las ventanas. Da luz al pasado. Y mira lejos. Una historia de fronteras es una historia sesgada y egocéntrica. "Ciutat vigia" es un horizonte. El castillo ha tenido muchas vidas. Hoy es una atalaya solidaria, un lugar desde el que entender que la historia es un puente y un viaje. También es un antídoto contra la intolerancia y las visiones estrechas del mundo.
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