La moda sostenible en España, es decir, aquella que se manufactura con materiales y procedimientos más ecológicos que los convencionales, está despegando. Ya no se trata de algo marginal o de reducidas iniciativas experimentales con una producción irrelevante. Por el contrario, las empresas dedicadas a esta actividad empiezan a ser tantas que la mayoría de ellas se han agrupado en la Asociación de Moda Sostenible de España (AMSE), que reúne ya a 130 marcas. Sin embargo, hay que añadir a esta cifra aquellas empresas que no están asociadas a este colectivo.

Se trata de empresas, sobre todo, de ropa y calzado, pero también complementos (bisutería, joyas, bolsos) repartidas por toda España y que tienen en común un compromiso: huir de las materias primas con una gran huella ecológica y de sistemas de fabricación igualmente impactantes.

La experiencia empezó en Andalucía en 2017, pero al cabo de poco tiempo se implantó en el conjunto de España y hoy es la única asociación nacional que aglutina este tipo de marcas. Ofrece asesoramiento y ayuda a todos los empresarios que quieren adentrarse en este mundo y carecen de información para ello.

Moda ecológica no es emplear elementos naturales en la confección, pues nada hay más natural que, por ejemplo, el algodón y, en cambio, es un tejido con gran impacto ecológico. Se calcula que para fabricar una simple camiseta de algodón natural se necesitan 2.000 o 3.000 litros de agua, incluyendo el proceso de cultivo y la fabricación propiamente dicha. Para fabricar unos vaqueros, la cantidad puede superar los 10.000 litros de agua. Por ello, cada vez más marcas acuden como alternativa al algodón orgánico, cuyo cultivo tiene menos impacto ecológico.

La moda ecológica acude casi siempre a residuos para convertirlos en materia prima. Plásticos recogidos directamente del mar, neumáticos gastados y olvidados en un vertedero, pero también bambú y hasta piel de manzana son usados para crear prendas de vestir. Los tejidos orgánicos que no precisan pesticidas ni grandes cantidades de agua son también otra materia prima habitual.

Varios ejemplos, que además proceden de algunas marcas ‘tradicionales’ que también se suben al carro sostenible. C&A anunció hace pocos meses que recicla más de cuatro millones de botellas de plástico para fabricar su nueva colección de abrigos. Cada abrigo de invierno ha reciclado entre 14 y 24 botellas de plástico, evitando así consumir nuevas materias primas contaminantes y reutilizando residuos, es decir, el concepto clásico de economía circular.

La marca española Bullfeet, por su parte, ha presentado su colección de calzado ecológico, con sus primeras sneakers y botas fabricadas con corcho y con plástico reciclado de mar. Es una línea elegante y urbana, de gran resistencia.

En Italia, la asociación de productores hortofrutícolas de Val Venosta ha implantado una línea de moda orientada a profesionales de la frutería. La particularidad es que este tejido se ha producido a partir de polvo de piel de manzana, creado por una empresa textil procedente de Florencia, pionera en esta técnica.

Volviendo a España, la marca Boody comercializa prendas de textil sostenible y ecológico elaboradas a partir de bambú orgánico, siguiendo un proceso altamente eficiente y sostenible. Es un bambú que se cultiva sin fertilizantes ni pesticidas y sin riego, usando solo el agua de lluvia.

Otras marcas apuestan por vaqueros elaborados con algodón 100% reciclado, con fibras sintéticas renovables.

Dolfie es una marca malagueña de calzado ecológico que lleva ya siete años en el mercado. Su directora creativa, Bárbara de Assis, destaca que “el cliente de moda actualmente quiere conocer la procedencia y la composición de una prenda”. Es decir, cada vez se vuelve más exigente.

La presidenta de la Asociación de Moda Sostenible de España, Marina López, confirma la buena salud del sector, pero alerta de que las grandes marcas a menudo tratan de subirse al carro de manera artificial, aparentando una sostenibilidad que en realidad solo es pura apariencia. “Hacen grandes campañas y utilizan la palabra sostenible sin que realmente haya un cambio visible. Este año, la palabra sostenibilidad ha sido especialmente explotada por parte de grandes marcas, asociaciones y empresas varias, aprovechando la coyuntura, para engañar al consumidor”, ha declarado López al portal vidasana.org.

La asociación señala que otra de las asignaturas pendientes es conseguir que la producción vuelva a España y deje de estar en manos de grandes multinacionales que fabrican las prendas en países muy alejados del consumidor final. Eso provoca una fuerte huella ecológica, debido al transporte que requiere a grandes distancias, sin hablar de otros factores como las condiciones laborales en que puedan haberse fabricado esas prendas.

La producción local, añade, no solo da trabajo a la población española, sino que también garantiza una proximidad que reduce la contaminación generada por el transporte desde la fábrica hasta las tiendas o el consumidor final.

En este enlace puedes encontrar los comercios que venden ropa y calzado sostenible en España:

https://elbiensocial.org/es/tiendas-online-de-moda-sostenible-y-responsable-en-espana/

Página web de la Asociación de Moda Sostenible de España:

www.esmodasostenible.org

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