Las aguas residuales, una vez tratadas y depuradas, podrían tener una segunda vida dedicada a combatir el estrés hídrico durante períodos de sequía, especialmente en zonas costeras y con aumentos estacionales del consumo de agua. El objetivo es combatir la sobreexplotación de los recursos subterráneos.

Así, las aguas regeneradas pueden convertirse en el elemento clave de un sistema de recarga gestionada de los acuíferos subterráneos. Es el objetivo de un proyecto piloto denominado LIFE Matrix, que pretende reutilizar 50.000 metros cúbicos de agua regenerada para recargar estos reservorios por infiltración en superficie, incrementando de este modo un 15% los recursos hídricos subterráneos.

Esta investigación persigue, además, reducir el consumo energético y la emisión de gases de efecto invernadero en un 99% con respecto a otras técnicas empleadas.

Este proyecto piloto se desarrollará durante 36 meses en Marbella (Málaga), donde el consumo de agua se llega a triplicar durante la temporada estival, debido al aumento de demanda que implica el auge del turismo. A esto se le añade el crecimiento demográfico a nivel provincial, donde la población residente ha aumentado un 30% en los últimos 20 años.

El agua se infiltrará en el suelo Agencias

“Por ello, se hace necesaria la integración de recursos hídricos no convencionales y sostenibles, como es el agua regenerada, en los planes de gestión”, recalcan desde LIFE Matrix, que además destacan que 34 de las 69 masas de agua subterránea de Andalucía sufren “presiones significativas”, debido al uso del agua para actividades agrícolas, suministro urbano y campos de golf, según el Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas (PH-DHCMA) para el período comprendido entre 2015 y 2021.

La principal meta de esta prueba experimental es aumentar la disponibilidad de los recursos hídricos subterráneos y hacer frente a dos problemas, la escasez de agua y la sobreexplotación de acuíferos, a través de un sistema basado en tres componentes: uno de carácter físico, centrado en mejorar la calidad del agua; un componente digital que recogerá toda la información registrada en los puntos de control y establecerá niveles de riesgo para la salud y el medioambiente y, por último, un componente de gobernanza, que establecerá directrices y guías metódicas para potenciar la recarga de acuíferos y estandarizar su implementación bajo un marco legal a nivel nacional o europeo.

Esquema de un acuífero

Los investigadores se han propuesto demostrar la viabilidad de la reutilización del agua para la recarga de acuíferos en términos de seguridad hídrica tanto a nivel ambiental como para el ser humano, así como la sostenibilidad ambiental y económica como valores añadidos de las aguas regeneradas, además de mejorar la percepción que la población tiene de ellas.

¿Cómo funciona?

La Estación Depuradora de Agua Residual (EDAR) de La Víbora de Marbella, gestionada por la empresa pública Acosol, acogerá la construcción del sistema de recarga gestionada de acuíferos.

El volumen de agua regenerada que se estime necesario se conducirá desde la planta de tratamiento terciario hasta un conjunto de balsas. Allí pasará por un humedal artificial donde será sometida a un proceso de fitorremediación (fitotecnología que aprovecha la capacidad de las plantas para absorber elementos contaminantes) y, posteriormente, será transferida a la balsa de recarga donde se infiltrará por gravedad a través de una capa orgánica permeable y reactiva hasta alcanzar el nivel acuífero.

Marbella (Málaga) Pixabay

“El flujo de agua regenerada a través del sistema de recarga mejorará su calidad de forma natural, reduciéndose la salinidad, cantidad de nutrientes y compuestos emergentes”, explican desde Life Matrix.

A través de este sistema, los investigadores calculan que se reducirá la cantidad de agua depurada vertida al mar desde La Víbora, ya que aumentará un 10% la reutilización de este recurso alternativo debido a su nueva vida en los acuíferos.

Life Matrix está coordinado por la Fundación Centro Andaluz de Investigaciones del Agua (Cetaqua Andalucía), en el que también participan Acosol y el Centro de Hidrogeología de la Universidad de Málaga (CEHIUMA). Además, está cofinanciado por la Comisión Europea a través del Programa LIFE.