La presencia y diversidad de aves en el entorno humano influye decisivamente en la felicidad de las personas, según un estudio de un grupo de científicos, que incluso pone a España como ejemplo. Los investigadores sostienen que la compañía de las aves puede provocar más bienestar psicológico que el propio dinero, siempre y cuando se mantenga un mínimo nivel socieconómico.

El papel de la naturaleza no solo se resume en sus preciados bienes materiales y en ser fuente de alimentos y de todo tipo de materias primas para sostener nuestra forma de vida. El medio ambiente va más allá, trasciende a lo tangible y se inserta en el plano psicológico, sensorial y espiritual. Eso incluye, por supuesto, la sensación de felicidad.

Precisamente esa dimensión intangible de los aspectos beneficiosos que la naturaleza proyecta en los seres humanos es lo que analiza el estudio La importancia de la diversidad de especies para el bienestar de los humanos en Europa, publicado recientemente en la revista Science Direct, que centra su investigación en la relación entre la riqueza de especies animales y la satisfacción vital de la ciudadanía europea.

Las aves aportan bienestar Pexels

Para ello, los investigadores recabaron datos sobre el grado de satisfacción y la información socioeconómica de más de 26.000 ciudadanos procedentes de 26 países diferentes del continente europeo y lo relacionaron con la distribución de las especies de aves, mamíferos (incluyendo a la megafauna) y ciertos árboles, además de otros factores externos como, por ejemplo, el clima de la región o la heterogeneidad del paisaje.

Tras todo ese trabajo de campo, los investigadores encontraron que la riqueza de las especies de aves está relacionada positivamente con la vida en Europa (no así en el caso de los mamíferos, la megafauna o las especies arbóreas estudiadas) y aporta más felicidad a los ciudadanos que el dinero.

“Los europeos están particularmente satisfechos con sus vidas si su entorno más inmediato acoge a una gran variedad de especies”, sostiene el autor principal del estudio, Joel Methorst, investigador en el centro Senckenberg de investigación sobre Biodiversidad y Clima. “Los europeos más felices son aquellos que pueden presenciar numerosas especies diferentes de aves en su vida diaria”, añade.

Así, un aumento en la riqueza de especies de aves de un 10% está relacionado con un incremento en la satisfacción vital de la ciudadanía con un valor de 0,052 (coeficiente de aves = 0,55, IC del 95% = 0,05-1,05), mientras que un aumento en los ingresos económicos de un 10% aumenta la satisfacción vital un 0,034 (coeficiente de ingresos = 0,36, IC del 95% = 0,30-0,41).

Ejemplar de pechiazul Jorge Remacha/SEO

De hecho, el estudio pone como ejemplo a España, por ser el país con “la gama más amplia” de riqueza de especies de aves. En este sentido, el estudio prevé que la felicidad de los españoles podría aumentar un 0,45 si las regiones con los valores más bajos en cuanto a la diversidad de especies alcanzaran los niveles de las regiones con mayor biodiversidad, siempre y cuando, eso sí, se mantuvieran estables los niveles socioeconómicos y otros factores climáticos y visuales.

"Ver y observar aves y su comportamiento en los jardines o en la naturaleza salvaje pueden promover emociones positivas y aumentar el bienestar”, explica el análisis, que añade que los seres humanos valoran a las aves por su belleza física y su comportamiento interesante, por lo que suelen desestimarse especies como las palomas, las gaviotas o los cuervos.

Además, escuchar el canto de los pájaros “puede reducir el estrés psicológico y tiene una influencia positiva en la restauración de la atención percibida”, agrega.

Beneficios del paisaje

Otro de los factores que influyen positivamente, según apunta el estudio, es la facilidad para acceder a espacios verdes públicos y áreas recreativas hasta el punto que la satisfacción con la vida aumentaron un 0,54 cuando esas áreas son de fácil acceso.

Esto es así porque entre las propiedades beneficiosas que un paisaje puede promover se encuentran, por un lado, el fomento de la diversidad de aves en el entorno y, por otro, el bienestar de la población.

“A escala regional, los paisajes con alta diversidad paisajística tienden a tener una alta riqueza de especies de aves y los elementos del paisaje que también tienen un alto valor estético o recreativo”, inciden los investigadores, por lo que la riqueza de especies también es un indicador de la calidad recreativa de los propios paisajes naturales.

Anátidas en Doñana Pixabay

Las conclusiones de este estudio mantienen que las decisiones políticas y sociales con respecto a la gestión ambiental deben estar basadas en la existencia de la propia naturaleza y sus beneficios para mejorar la salud y el bienestar de los humanos.

La protección de las aves y su hábitat ya no solo se justifica con la necesidad de proteger y preservar la diversidad de las especies, sino que también supondría una “inversión muy valiosa” en la felicidad humana.

“La toma de decisiones políticas y sociales debe fomentar el mantenimiento y la creación de áreas naturales que sustenten una gran diversidad de aves, fomentando así las sinergias entre la conservación de la biodiversidad y la promoción del bienestar humano”, concluyen los investigadores.

Te puede interesar:

Artículo de referencia: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0921800920322084?via%3Dihub