¿Cómo se relacionan entre sí los animales en las ciudades mientras no hay seres humanos? Gracias a decenas de miles de fotografías tomadas por 150 cámaras instaladas en jardines privados de Berlín, un equipo de científicos ha analizado las relaciones ecológicas entre ejemplares de cuatro especies: dos salvajes nativas, el zorro (Vulpes vulpes) y la garduña (Martes foina); una invasora, el mapache (Procyon lotor); y otra más, doméstica, el gato (Felis silvestris catus). Y todo ello en combinación con la perturbación modulada por la cuarentena y el confinamiento provocados por el covid-19. Atención, spoiler: los gatos mandan.

Evitarse o enfrentarse, comer o ser comido, competir, aprovecharse o cooperar… Las comunidades de animales salvajes se vertebran en torno a las interacciones que se producen cuando comparten espacio vital.Los entornos urbanos representan un caso especial, ya que la presencia e influencia humanas cambian a menudo las reglas del juego ecológico de forma sustancial.

¿Cómo se relacionan los carnívoros salvajes en una ciudad? ¿Ha afectado la cuarentena a su comportamiento?Para responder a estas preguntas, un equipo de científicos del Instituto Leibniz para la Investigación de la Vida Silvestre y Zoológica (Leibniz-IZW) instaló alrededor de 150 cámaras en jardines privados de distintas casas de Berlín, con la colaboración y el permiso de sus vecinos, que participaron así en un proyecto de ciencia ciudadana. El objetivo, analizar el comportamiento de los zorros, los mapaches, las garduñas y los gatos.

Jardines privados, lugares de encuentro

La investigación es parte del proyecto ciudadano ‘Investigadores de la vida salvaje’, liderado por Stephanie Kramer-Schadt, científica del Leibniz-IZW (Alemania), y se prolongó desde el otoño de 2018 hasta la misma estación de 2020. Los resultados acaban de presentarse en la revista ‘Journal of Animal Ecology’.

Mapache F. J. García

Los científicos eligieron los jardines de la ciudad como campo de estudio por su capacidad de atraer y ahuyentar a los animales salvajes, al actuar doblemente como potencial fuente de comida y lugar de encuentro, tanto con humanos como con animales domésticos.

Los investigadores combinaron las fotos registradas por las cámaras con la información disponible sobre el tamaño de los jardines, la cantidad de vegetación, las fuentes potenciales de comida, la altura de las vallas y la densidad de población.

En cada periodo de recogida de muestras (cinco distintos de un mes de duración, cada uno), las cámaras captaron en torno a 2.200 y 3.000 gatos, de 300 a 1.200 zorros comunes, entre 200 y 1.000 mapachesy de 50 a 300 garduñas. También captaron varias fotos de otros mamíferos no relevantes para el estudio.

“Estábamos interesados en saber cómo las especies de carnívoros altamente flexibles y adaptables interactúan espacio-temporalmente en entornos dominados por el ser humano”, explica Julie Louvrier, de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania) y primera firmante del estudio.“Queríamos saber si utilizan los mismos lugares y, si es así, si se evitan entre especies acudiendo a diferentes horas del día o de la noche, por ejemplo”, continúa.

Más actividad animal en otoño

El grupo investigador descubrió que las estaciones del año y la cuarentena provocada por la pandemia de coronavirus influyen “bastante” en la frecuencia con la que se registraron las especies.También constataron que el otoño es una estación de mucha más actividad para los zorros, mapaches, garduñas y gatos, al contrario que la primavera.

Durante las restricciones de movilidad, los berlineses utilizaron sus jardines más que de costumbre durante el día, lo que obligó a la fauna a ser más nocturna.Al mismo tiempo, la presencia de zorros, garduñas y mapaches en los jardines se incrementó durante los períodos de confinamiento, “probablemente debido a la menor presencia humana en el espacio urbano”, apuntan los analistas.

Zorro rojo Pixabay

Y es que, aunque estas especies de carnívoros salvajes están acostumbradas en cierta medida a la presencia del ser humano, evitan los encuentros con personas, concentrando sus movimientos durante la noche, el período de menos actividad en la ciudad.

Siempre que se observó un mayor número de zorros ocurrió lo mismo con los mapaches y garduñas. Y a la inversa, ya que las tres especies utilizan los mismos recursos del entorno urbano. Pero estas especies intentan evitarse entre sí: hay un retraso entre las detecciones consecutivas de las distintas especies en los mismos espacios.

El gato, especie dominante

Una mayor presencia de gatos significó más detecciones de mapaches, ya que estosutilizan la presencia de aquellos como indicador potencial de comida para gatos sobrante. Las garduñas y los zorros, por el contrario, no aparecieron con mayor frecuencia cuando había gatos, lo que, según los científicos, indica “una jerarquía de las cuatro especies, entre las cuales el gato es la dominante”.

Esta afirmación quedó corroborada con otra sorprendente conclusión del estudio: los gatos no evitan a los demás animales, sea cual sea la hora del día, aunque su masa corporal –considerada un indicador de dominancia en la naturaleza– sea normalmente menor que la de zorros y mapaches.

Gato Pixabay

“Los humanos modificamos el comportamiento y la forma de vida de las especies silvestres. La cuarentena fue una bendición, ya que proporcionó la oportunidad de estudiar lo que hacen nuestros vecinos salvajes cuando las personas desaparecen repentinamente del espacio urbano”, subraya Kramer-Schadt. Fue importante porque la presión humana provoca un “efecto exacerbado” sobre la dinámica de la comunidad.

“Nuestra investigación arroja algo de luz sobre las reglas que rigen las interacciones en una comunidad de carnívoros de tamaño medio que vive en un entorno urbano”, concluye Louvrier. Algo ha quedado claro: los animales domésticos ejercen su dominio sobre la fauna local, incluso sobre las especies que están relativamente bien adaptadas entorno urbano.

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Estudio de referencia (en inglés): https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1365-2656.13635

Página web del proyecto de ciencia ciudadana ‘Investigadores de la vida salvaje’ (en alemán): https://berlin.stadtwildtiere.de/