El precio del petróleo y el gas se disparó tan pronto como se lanzaron los primeros proyectiles contra Ucrania, la semana pasada. El mercado de los combustibles fósiles se agita y vuelven a cobrar protagonismo, precisamente cuando más falta hace que lo pierdan. Los analistas creen que la guerra iniciada contra dicho país no hará ningún favor a la transición hacia las energías limpias en el planeta.

El fundador y director de Fossil Free Media, una entidad dedicada al análisis de los combustibles sucios, Jamie Henn, ha publicado un análisis en el que afirma que la industria del petróleo y el gas “nunca ha desaprovechado una buena crisis” para seguir expandiéndose.

“Las grandes empresas del sector tratan de usar la invasión rusa de Ucrania como un pretexto para un mayor desarrollo del petróleo y el gas”, señala Henn. “Es la doctrina clásica de las grandes petroleras, y salvo que nuestros políticos sean lo suficientemente listos como para verlo, es una estrategia que continuará socavando nuestra capacidad para tomar medidas contra el cambio climático en la próxima década”, añade.

Operarios de Gazprom, empresa gasista rusa Andrey Rudakov

El responsable de Fossil Free Media, en un artículo recogido por The Guardian, señala que no solo las grandes petroleras tratan de explotar esta crisis en concreto, sino que incluso han jugado “un papel central en causarla”.

En la actualidad, el 40% del presupuesto federal de Rusia proviene del petróleo y el gas, que constituyen el 60% de las exportaciones del país. En octubre, añade Henn, Rusia ganaba más de 500 millones de dólares al día con los combustibles fósiles, “dinero que iba directamente a financiar la maquinaria de guerra de Putin”.

Las petroleras americanas ayudan a Putin

Ahora bien, ¿cómo ha llegado Rusia a ejercer semejante papel de potencia petrolera? El mismo análisis da las claves para ello y concluye que “Rusia nunca podría haberse convertido en una superpotencia de petróleo y gas sin la ayuda de compañías occidentales como Exxon Mobil y BP, que posee una participación del 20% en Rosneft, la compañía petrolera estatal de Rusia”.

Cuando Rusia ha tenido dificultades con la industria de los hidrocarburos, como sucedió en 2014, Exxon Mobil se asoció con la petrolera rusa para modernizar sus operaciones y extender su producción en el Ártico. Putin otorgó entonces al director ejecutivo de Exxon la Orden de la Amistad, una de las más altas condecoraciones rusas.

Posteriormente, Exxon salió nuevamente en defensa de Rusia, junto con otros gigantes petroleros americanos, para neutralizar las sanciones a Rusia, como las impuestas en 2018 por el Congreso de EEUU ante la intromisión rusa en las elecciones, o las actuales con motivo de la guerra de Ucrania.

Un portavoz del American Petroleum Institute declaró recientemente, sin ambigüedades: “Las sanciones deben ser lo más específicas posible para limitar el daño potencial a la competitividad de las empresas estadounidenses”.

Vladimir Putin Efe

Las empresas norteamericanas, por tanto, tratan de defender sus inversiones en Rusia y argumentan que si se les autoriza mayor producción ello ayudará a combatir la influencia de Putin en el escenario mundial. Sin embargo, para el director de Fossil Free Media ello supone una espiral diabólica para el clima: “Es como un traficante de drogas que trata de convencer a las autoridades de que la mejor manera de eliminar a un rival no es tomar medidas enérgicas contra las drogas, sino permitirle aumentar la producción. El efecto será el mismo: más adictos, en este caso a los combustibles fósiles que destruyen el clima”, señala.

La única solución, afirma, es actuar rápidamente para reducir la dependencia de las energías sucias. En el caso del gas, por ejemplo, aunque las exportaciones de gas de EEUU a Europa pueden ayudar al Viejo Continente a corto plazo, ello solo logrará consolidar la dependencia europea de los combustibles fósiles, un sector en el que Putin es una pieza clave.

“Si la Administración Biden quiere ayudar, debería lanzar un nuevo Plan Marshall verde para ayudar a crear energía renovable en Europa y en todo el mundo”. De este modo, ayudaría a combatir la influencia de los grandes estados y compañías petroleras y gasistas, y contribuiría decisivamente a salvar el clima.

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Artículo de referencia: https://www.theguardian.com/commentisfree/2022/feb/26/big-oil-ukraine-russia-putin

Web de Fossil Free: https://fossilfree.media/#welcome