Los microplásticos invaden ya todo el Ártico: el agua, el fondo marino, el hielo y la nieve. Se han infiltrado en los sistemas terrestres y acuáticos, en la criosfera y la atmósfera. La presencia de estos contaminantes, buena parte de los cuales proceden de zonas muy lejanas, incluida España, afecta a la vida marina y empeora los efectos del cambio climático en esta zona del planeta, que ya no puede considerarse virgen.

La contaminación plástica se ha infiltrado en el Ártico desde la atmósfera hasta el fondo del océano profundo, con niveles de contaminación lo suficientemente altos como para que algunas regiones se consideren áreas de acumulación”. Así lo indica una investigación científica, titulada 'Contaminación plástica en el Ártico’ que acaba de publicarse en la revista ‘Nature Reviews Earth & Environment’.

El estudio revela que aunque parte de la contaminación proviene de fuentes locales (pesca, vertederos, aguas residuales y actividad industrial en alta mar), las regiones distantes son también una fuente importante, ya que las corrientes oceánicas, el transporte atmosférico y los ríos transportan el plástico desde latitudes más bajas hasta el Ártico.

Una vez en el Polo Norte, la contaminación plástica se acumula en ciertas áreas y afecta los ecosistemas locales. Se han registrado interacciones tales como enredos e ingestión de plásticos por mamíferos, aves marinas, peces e invertebrados.

Los autores del informe advierten de que incluso si las emisiones de plástico se detuvieran hoy, “la fragmentación del plástico heredado conducirá a una carga cada vez mayor de microplásticos en los ecosistemas del Ártico, que ya están bajo la presión del calentamiento antropogénico”.

Los investigadores subrayan que se necesita “con urgencia”, tanto a nivel regional como internacional, “reducir la producción y utilización de plástico, lograr la circularidad y optimizar la gestión de residuos sólidos y el tratamiento de aguas residuales”.

El plástico alimenta el cambio climático

La investigación también sugiere interacciones entre el cambio climático y la contaminación plástica, que se hacen más evidentes en el Polo Norte que en otras zonas de la Tierra.

La contaminación plástica exacerba los impactos del cambio climático. Más aún en el Ártico, donde los efectos del calentamiento global ocurren tres veces más rápido que en el resto del planeta. Aún así, apenas hemos arañado la superficie en lo que respecta a los impactos en la vida del Ártico, incluidas las comunidades humanas, lo que requiere una investigación más urgente”, alertan los investigadores.

Científicas recogiendo muestras en el hielo del Ártico. Alfred-Wegener-Institut / M. Tekman

La producción de plástico alimenta el cambio climático, entre otras razones, porque representa el 6% del consumo mundial de petróleo y podría alcanzar el 20% en 2050.

“Además, los gases de efecto invernadero como el metano, el etileno, el etano y el propileno se liberan durante la degradación de algunos polímeros plásticos comunes”, añaden los científicos.

Los autores del estudio señalan cinco “puntos clave” que reflejan la gravedad del problema:

–La contaminación plástica generalizada en el Ártico se origina tanto en fuentes locales como distantes.

–Las concentraciones de plástico en el Ártico varían ampliamente, con una mayor acumulación en ciertos puntos críticos, pero generalmente son similares a las de las regiones más densamente pobladas.

El plástico se ha infiltrado en todos los niveles de la red alimentaria del Ártico, incluidas muchas especies endémicas, con impactos en los organismos en gran parte desconocidos.

–En el Ártico, que cambia rápidamente, la contaminación plástica se suma a los efectos del cambio climático en términos de fuentes crecientes, procesos de transporte, circuitos de retroalimentación potenciales y consecuencias ecológicas.

Se necesita mitigar la contaminación plástica tanto local como distal para evitar una mayor degradación del ecosistema.

Basura procedente de España

¿Cómo llegan los plásticos al Ártico? Aparte de los procedentes de desechos de barcos y de los generados localmente en los asentamientos que carecen de sistemas de gestión de residuos sólidos y de tratamiento de aguas residuales, llegan a través del mar del Norte y la corriente atlántica, del mar de Bering y por el aire.

En algunos de los restos plásticos hallados por los investigadores en el Polo Norte se observaban aún etiquetas o inscripciones que revelaban su origen. Se encontró basura española.

“Los artículos reconocibles del Ártico euroasiático procedían principalmente de arrastreros rusos y escandinavos, pero también del Reino Unido, Islandia, Islas Feroe, Países Bajos, Alemania, Italia, España, Canadá, Argentina, Brasil y Estados Unidos”, detalla el informe.

La investigación señala que los niveles de contaminación por plásticos en el Ártico son similares a los registrados en regiones densamente pobladas de todo el mundo.

Red alimentaria del Ártico e interacciones bióticas con la contaminación plástica. Figura adaptada de AWI-Infographic

La producción de plástico industrial ha crecido rápidamente desde la década de 1950, alcanzando los 368 millones de toneladas por año en todo el mundo en 2019.

Debido a su bajo precio, el plástico se ha convertido en uno de los materiales más utilizados, especialmente en la industria del embalaje, y ahora forma parte integral de los residuos municipales.

Cada año, entre 19 y 23 millones de toneladas de residuos plásticos mal gestionados se transfieren desde fuentes terrestres al agua en todo el mundo.

Dado que los plásticos están diseñados para ser duraderos, persisten en el medio ambiente durante largos períodos de tiempo y se dispersan ampliamente.

“Por lo tanto, el plástico es una amenaza para el planeta, especialmente una vez que se fragmenta en microplástico y nanoplástico debido a la luz solar, la abrasión mecánica, la interacción biótica, la acción de las olas y fluctuaciones de temperatura”, concluye el estudio.

Artículo de referencia (en inglés): https://www.nature.com/articles/s43017-022-00279-8