Al contrario de lo que suponía Darwin, la evolución de las especies no ocurre en larguísimos lapsos de tiempo, sino que tiene lugar en periodos cortos, e incluso de solo unos cuantos años en determinadas circunstancias. Así lo ha comprobado un amplio grupo de científicos repartidos por todo el mundo, dentro de un proyecto que ha permitido demostrar la rapidez de la evolución para adaptarse a cambios en el medio ambiente. Ello podría ser un arma para enfrentarse al calentamiento global, por ejemplo.

La evolución darwiniana es el proceso mediante el cual la selección natural promueve cambios genéticos en determinados rasgos que favorecen la supervivencia y reproducción de los individuos. La rapidez con la que ocurre esta evolución depende básicamente de la capacidad de las especies para sobrevivir y reproducirse. Una investigación realizada por un equipo internacional con la participación del Instituto Leibniz para la Investigación de Zoológico y Vida Silvestre (Leibniz-IZW) ha descubierto que la materia prima para la evolución es mucho más abundante en los animales salvajes de lo que se creía anteriormente. Los hallazgos han sido publicados en Science.

Darwin pensó en el proceso de la evolución como algo lento, visible solo a lo largo de eras geológicas. Sin embargo, desde entonces los investigadores han descubierto muchos casos de evolución que ocurren en unos pocos años. Un ejemplo de ello es el de las poblaciones británicas de la polilla moteada, donde la abundancia de ejemplares de dos colores cambió drásticamente en solo unas pocas décadas, como resultado de una evolución por selección natural que favorecía diferentes tipologías según el nivel de contaminación del aire. Sin embargo, no estaba claro cuán rápido pueden evolucionar y adaptarse al cambio ambiental los animales con vidas más largas, como las aves y los mamíferos.

Evolución de algunas familias de animales Agencias

De dos a cuatro veces más rápido de lo que se pensaba

Dirigido por Timothée Bonnet de la Universidad Nacional de Australia, un equipo de 40 investigadores de 27 instituciones abordó esta pregunta y midió cuánto "combustible de la evolución" existe en general en las poblaciones silvestres de aves y mamíferos. La respuesta: muchas poblaciones de aves y mamíferos pueden evolucionar sorprendentemente rápido: su capacidad genética de sobrevivir y reproducirse es de dos a cuatro veces mayor de lo que se pensaba anteriormente.

Una de las razones por las que los estudios anteriores subestimaron el potencial evolutivo de las especies es que hasta ahora no se había tenido en cuenta a los individuos que nunca tuvieron descendencia. Hacerlo requirió el desarrollo de nuevos métodos estadísticos, así como una meticulosa selección de los datos utilizados para el estudio. Solo las poblaciones de vida silvestre estudiadas con mucho cuidado y durante muchos años podrían calificar para la tarea. "Para realizar este estudio, necesitábamos saber cuándo nació cada individuo, con quién se aparearon, cuándo tuvieron bebés y cuándo murieron", dijo Bonnet. A pesar de esta dificultad, lograron combinar 2,6 millones de horas de recopilación de datos de campo y análisis genéticos durante décadas de 19 poblaciones de 15 especies de todo el mundo.

Una de las poblaciones incluidas en el estudio es la de las hienas manchadas del cráter Ngorongoro en Tanzania. Los científicos de Leibniz-IZW han estado estudiando esta población durante más de 26 años y compilaron un pedigrí genético que abarca más de 2.000 individuos durante ocho generaciones. Otras poblaciones incluían reyezuelos de Australia, gorriones cantores de Canadá y ciervos rojos de Escocia.

Hiena manchada de África Gtres

Si el nuevo estudio reveló más "combustible de evolución" de lo previsto, también reveló diferencias notables entre especies. Resultó que las hienas manchadas tienen la mayor cantidad de "combustible" de las 15 especies estudiadas. Esto fue una sorpresa para el equipo Leibniz-IZW. "Las hienas manchadas pueden vivir en todo tipo de hábitats y son los grandes carnívoros más extendidos en África. Esto sugiere que pueden adaptarse bien a nuevos entornos, pero no esperábamos que estuvieran entre las mejor preparadas para ello de todas las especies estudiadas", dijo Oliver Höner de Leibniz-IZW y coautor del estudio.

El aprendizaje social no influye

Además de recopilar una gran cantidad de datos durante décadas y desarrollar nuevos métodos, el equipo tuvo que superar un desafío adicional. En especies altamente sociales, como la hiena manchada, los cambios en los rasgos que influyen en la supervivencia y reproducción individual pueden no solo ser impulsados ​​por la herencia genética sino también por procesos sociales como el aprendizaje social.

El método utilizado para evaluar la cantidad de "combustible de la evolución" no puede hacer frente a los detalles idiosincrásicos de cada población. Por lo tanto, el equipo tuvo que encontrar una forma de verificar posibles sesgos causados ​​por la herencia social. Para hacerlo, Alexandre Courtiol y Liam Bailey de Leibniz-IZW, diseñaron simulaciones por computadora que representan una población teórica de hienas para las cuales la herencia solo sería social y compararon la cantidad de "combustible de evolución" estimada para estas hienas. "Esta prueba adicional no alteró los resultados, lo que sugiere que las poblaciones de hienas pueden tener una cantidad relativamente alta de 'combustible de evolución' incrustado en su acervo genético", dijo Courtiol.

Según los investigadores, sus hallazgos tienen implicaciones para las predicciones de la adaptabilidad de las especies al cambio ambiental, por ejemplo, el derivado de la crisis climática.

"Esta investigación nos ha demostrado que no se puede descartar que la evolución permita a las especies adaptarse para sobrevivir en respuesta a cambios ambientales rápidos", explicó Bonnet. "Con el hábitat de muchas especies cambiando a un ritmo cada vez mayor, no hay ninguna garantía de que estas poblaciones puedan mantenerse al día. Pero podemos decir que la evolución es un impulsor mucho más importante de lo que se pensaba anteriormente en la adaptabilidad de poblaciones a los cambios ambientales que estamos viendo actualmente".

Investigación de referencia: https://www.science.org/doi/10.1126/science.abk0853

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