Hace ahora 14 años que la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados de España aprobó la proposición no de ley sobre grandes simios. Una proposición que exigía impulsar, antes de un año, los trámites necesarios para adecuar la legislación española a los principios del Proyecto Gran Simio, que establece la protección de chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos.

No se ha dado ni siquiera un paso más desde aquel 25 de junio de 2008, lo que ha llevado a Proyecto Gran Simio a elaborar un manifiesto e iniciar una recogida de firmas para reclamar la aprobación de la ley de Grandes Simios que la Dirección General de Derechos de los Animales, dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030, tiene previsto legislar.

El Proyecto Gran Simio establece la prohibición expresa de la experimentación o la investigación cuando se cause daño a los simios y no redunde en su beneficio, garantizando que no se generalicen las prácticas que no se aplican en humanos, pero que hoy existen de malos tratos y de experimentación con chimpancés, gorilas, orangutanes y bonobos, especies que, como la humana, pertenecen a la familia Hominidae.

Se establecen en el proyecto condiciones rigurosas para propiciar que los grandes simios se desarrollen en ambientes óptimos, y también para su tenencia o custodia en condiciones adecuadas.

Asimismo, se prohibe la tenencia con fines comerciales o en cualquier tipo de espectáculo, y se contemplan como un tipo penal agravado los casos de comercio, tenencia ilegal o maltrato de simios.

Una madre gorila y su hijo. pixabay

En definitiva, el Proyecto Gran Simio recoge "la necesidad de emprender las acciones necesarias en los foros y organismos internacionales que procedan para la protección de los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura, la muerte y la extinción”.

Nuestros ‘hermanos biosféricos’

La ley de Grandes Simios consagraría por vez primera en un texto normativo los principios inspiradores del Proyecto Gran Simio sobre la defensa y protección de los simios, situando a España a la vanguardia a nivel mundial de la defensa de los homínidos no humanos.

"La propuesta no es caprichosa ni excéntrica, sino que responde a criterios científicos y especialmente neurológicos ampliamente contrastados. Los chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes, representan las especies vivas más próximas a nuestra especie, desde el punto de vista de su parentesco filogenético", recoge el manifiesto, que ya han firmado más de 80.000 personas solo en la web.

Chimpancés gorilas, bonobos y orangutanes comparten con los seres humanos capacidades emocionales, cognitivas y conductuales avanzadas. "Hasta el punto de que podemos considerarlos hermanos biosféricos, que no están separados de nosotros por ningún ‘abismo ontológico’. La expulsión de los grandes simios fuera del círculo de los seres dignos de consideración moral no está justificada", resalta el documento.

No en vano las similitudes entre el genoma humano y el de las dos especies de chimpancéPan paniscus y Pan troglodytes, se ha estimado en el 99%. La similitud es del 98% en el caso de los gorilas, y se acerca a esta misma cifra en el caso de los orangutanes. Así que la similitud genética con todos ellos es "extraordinaria", señala el texto.

Un orangutan enjaulado. pixabay

"No podemos permitir que los seres vivos más parecidos a nosotros terminen por extinguirse, simplemente por la codicia humana de poseer todas las riquezas del planeta, sin considerar el derecho a la vida de otras especies. Ese comportamiento terminaría, más tarde o más temprano, por volverse contra nosotros y es que cualquier acción humana tendente a la protección del medio ambiente y de las especies del planeta redunda en nuestro propio beneficio", indica el manifiesto.

Un problema de educación y conciencia

La normativa internacional ya defiende ciertos derechos de los animales de laboratorio, en las investigaciones biomédicas. Pero muchos grandes simios siguen siendo empleados en la actualidad para diversión humana en parques zoológicos, donde sufren encarcelamiento de por vida, y en muchas ocasiones hacinados, vejados y siempre lejos de su ambiente natural.

Este trato que se da a los grandes simios y otros animales "no puede calificarse precisamente de humanitario". Por ello, los impulsores del manifiesto sostienen que es tiempo de una "profunda reflexión sobre los daños que estamos infligiendo a nuestro propio planeta, nuestra casa".

Añaden que las leyes de protección del medio ambiente (que incluye a todos los seres vivos que nos rodean) tienen que redactarse y aplicarse "con firmeza", porque "el futuro de las siguientes generaciones está en juego. Es un problema de educación y de toma de conciencia".

Aunque el Proyecto Gran Simio defiende a todas las especies, centra su objetivo en la defensa de la integridad física y moral de las que más se parecen al ser humano.

Una hembra de chimpancé y su cría pixabay

"Necesitamos una ley de Grandes Simios que regule sus derechos básicos, que les otorgue protección legal frente a eventuales conductas infractoras y delictivas, los dignifique, preserve su especie, los reconozca como seres sintientes, proscriba su maltrato, la muerte sin causa justificada, la experimentación, su cautividad, el tráfico o su comercialización", señalan los impulsores del manifiesto. 

Propugnan proteger, en especial, a los simios que están cautivos en zoológicos, de forma que se cumplan medidas elementales como "la no separación de familias, que puedan disponer de forma continuada de entretenimiento y opciones de ejercitación, que se encuentren en espacios grandes sin cemento y con lugares donde se puedan esconder de la gente cuando quieran, que existan protocolos adecuados para fugas evitando en todo lo posible su muerte".

Web del Proyecto Gran Simio: https://proyectogransimio.org/

Página de apoyo al manifiesto: https://www.change.org/p/espa%C3%B1a-necesita-ya-una-ley-de-grandes-simios

Página para descargar el manifiesto y recoger firmas: https://drive.google.com/file/d/1aEMzBWh0iYCiFV3xgbpOf4r5URliVaLO/view

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es