Las instalaciones acuícolas de España, aliadas de la alimentación saludable y sostenible

Aurelio Ortega, jefe de área de acuicultura en Instituto Español de Oceanografía Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Este artículo nace de la preocupación por los prejuicios a los que últimamente se enfrenta el desarrollo de la acuicultura en nuestras costas, prejuicios basados en información errónea, que daña la imagen de una actividad clave, según todos los organismos internacionales, para el desarrollo de un sistema alimentario seguro y sostenible.

La población mundial no para de aumentar, y se espera que se acerque a 10.000 millones hacia mitad de siglo. Uno de los principales retos de este crecimiento es disponer de alimentos de calidad, como el pescado, para todos. Así lo manifiestan la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -FAO- y científicos de todo el mundo, como los pertenecientes a la plataforma de la Comisión Europea “Food from the oceans”. La producción reciente de las pesquerías extractivas parece haber alcanzado su máximo nivel sostenible, con lo que el aumento tiene necesariamente que proceder de la acuicultura si queremos proteger nuestros recursos naturales.

Aurelio Ortega, jefe de área de acuicultura en Instituto Español de Oceanografía Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

Por otro lado, la “Estrategia de la Granja a la Mesa” y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, demandan sistemas de producción de alimentos sostenible, algo de lo que la sociedad es cada día más consciente. La acuicultura marina nos proporciona un pescado fresco, sabroso y saludable, pero ¿es una actividad sostenible?

La acuicultura es uno de los sistemas más eficientes de producción de proteína del mundo, con una huella de carbono muy baja y una alta eficiencia. En los últimos años ha disminuido de manera muy importante la cantidad de pescado requerido para alimentar a los peces, uno de los principales cuestionamientos a la sostenibilidad de la acuicultura. En término medio, la acuicultura usa menos de 0,3 kg de pescado extractivo para producir 1 kg de producto acuícola, y las harinas animales están siendo sustituidas por harinas vegetales, microalgas, harinas de insectos, subproductos alimenticios o proteínas derivadas de microorganismos. Además, es importante subrayar que la utilización del alimento por parte de los peces es mucho más eficiente que por parte de los animales terrestres.

¿Y su sostenibilidad ambiental y el impacto que originan sobre el medio ambiente? Las instalaciones acuícolas requieren de una declaración de impacto ambiental que evalúa sus potenciales efectos sobre el medio y en donde se impone un plan de vigilancia ambiental mientras dure la actividad. Solo son permitidos aquellos cultivos con una baja incidencia, estos son continuamente evaluados, y la Administración puede determinar una reducción de la producción autorizada o incluso la paralización de la actividad.

La buena acuicultura, como sucede con la española, es una actividad complementaria la pesca extractiva responsable

Respecto a la sostenibilidad económica, las instalaciones de acuicultura son una oportunidad para el desarrollo económico en España, que posee unos recursos hidrográficos idóneos para la actividad, crea empleo y atrae inversión en zonas rurales donde en ocasiones no llega otro tipo de industria o inversión.

La buena acuicultura, como sucede con la española, es una actividad complementaria la pesca extractiva responsable, que no puede ser ilimitada ni nos puede dar de comer a todos. Ambas deben convivir para garantizar el suministro, tanto a nivel local como nacional, de pescados y mariscos elaborados de forma sostenible. De esta forma, consolida el tejido económico y social del municipio, siendo compatible con otras actividades, como el turismo.

Comencemos a acercarnos a nuestra acuicultura con una mirada renovada, para conocer mejor los beneficios a nivel de calidad nutricional, seguridad alimentaria, sostenibilidad y origen nacional que nos puede aportar.  

La acuicultura, la actividad que hace posible que sigas consumiendo pescado sostenible y de calidad

Ariadna Sitjà Bobadilla, profesora de investigación del CSIC en el Instituto de Acuicultura Torre de la Sal, Castellón.

Ariadna Sitja Bobadilla.

 De manera recurrente se difunden falsas informaciones o medias verdades que van creando algunos mitos alrededor de la acuicultura, que demonizan la actividad y sus productos, especialmente cuando surgen conflictos por el uso de la costa. Esta presión mediática no se aplica a otros sectores de la producción animal, no poniéndose en duda que exista la ganadería de vacas, pollos, cerdos u ovejas.

En 2014, la población mundial consumió, por primera vez, más alimentos de acuicultura que de pesca extractiva. Esta proporción se espera que supere el 65 % en 2030, debido al aumento de la población y al estancamiento de la pesca. Según APROMAR, la UE produjo en 2019 más de un millón de toneladas de productos acuáticos, con un valor que superó los 3.000 millones de euros, siendo España el primer productor, gracias al cultivo de mejillones, seguido de lubinas, doradas y truchas. Es más, la Comunidad Valenciana lidera la producción española.

La acuicultura no es un enemigo de la pesca. Son actividades complementarias. De hecho, la acuicultura es la actividad con mayor proyección de futuro y la más sostenible. El 70% de la superficie del planeta es agua, y en el caso de los organismos marinos, no se compite por el uso de agua dulce. Además, los animales acuáticos son más eficientes energéticamente que los vertebrados terrestres y sus tasas de reproducción son superiores. ¿Sabías que para producir 1 kg de filete de pescado se necesitan unos 2 kg de pienso y 1.500 litros de agua? En la ganadería terrestre la cantidad de pienso necesaria hay que multiplicarla por 3, 6, o 9, según la especie, y la de agua, por 10.

En el artículo de hoy me centraré en uno de esos mitos relacionados con la salud y el bienestar animal. Habrás leído que algunos claman que se atiborran a los peces de antibióticos. Pero nada más alejado de la realidad en las granjas de nuestras costas. Los peces cultivados, al igual que el resto de producción ganadera, e incluso nuestras mascotas, pueden enfermar y para controlar las infecciones, hay que tratarlas. La legislación europea y española es muy restrictiva respecto al uso de antibióticos y son escasas las formulaciones permitidas para su uso en acuicultura.

Las instalaciones acuícolas requieren de una declaración de impacto ambiental

A principios de 2022 ha entrado en vigor una nueva legislación, aún más restrictiva, que reduce todavía más el tipo de sustancias que pueden emplearse y aumenta los controles veterinarios. Para restringir drásticamente el uso de antibióticos, se ha apostado por la prevención y la gestión integral biosanitaria de las granjas, utilizando las mejores prácticas (distanciamiento adecuado de los viveros, alimentación con prebióticos, probióticos, alimentos funcionales).

Cuando compres tus productos del mar, mira en la etiqueta su procedencia. El filete de pescado de nuestras costas no es diferente de los de ternera o pollo, en cuanto a los controles para garantizar su calidad y seguridad. Piensa en las estrictas regulaciones medioambientales, imprescindibles para garantizar el cuidado de nuestro entorno marino. Piensa en la ciencia e investigación que hay detrás de su producción. En España hay una importante comunidad científica que trabaja sobre importantes retos de I+D, para que la acuicultura sea parte de un futuro sostenible y la fuente alternativa de proteína más eficiente.