El Proyecto Pigargo avanza adecuadamente. Trece ejemplares de esa especie (Haliaeetus albicilla) procedentes de Noruega permanecen desde este lunes en un recinto especial habilitado cerca del pueblo de Pimiango, en el municipio de Ribadedeva (Asturias). Allí permanecerán hasta finales del verano, cuando estén ya aclimatados. Entonces serán liberados y podrán unirse a los seis pigargos europeos supervivientes de la suelta del pasado mes de octubre (un ejemplar murió electrocutado en Francia).
El objetivo de este proyecto, que se puso en marcha el año pasado, es crear en España una población reproductora de pigargos.
La primera fase experimental del proyecto, tendrá dos años de duración, y mostrará los resultados obtenidos en cuanto a la interacción de esta gran rapaz con otras especies silvestres, especialmente aquellas en un estado desfavorable de conservación, así como posibles impactos negativos o dinámicas positivas sobre los usos socioeconómicos.
Si la fase experimental alcanza una evaluación positiva, el Proyecto Pigargo tendrá su continuidad con la liberación anual de hasta veinte ejemplares durante al menos cinco años más.
Los pigargos que llegaron este lunes a Asturias nacieron este mismo año, en su hábitat natural de Noruega, país que alberga junto con Rusia las mejores poblaciones europeas de esta rapaz y que aporta ejemplares de la especie para que sea recuperada en otras zonas de donde ha desaparecido.
En el país escandinavo, un equipo técnico monitorizódecenas de nidos con el objetivo de seleccionar aquellos que tenían dos o más pollos. De cada uno de estos nidos se extrajo un solo pollo para su traslado a España. De esta manera, según los impulsores del proyecto, la intervención no supone el fracaso reproductor de la pareja y "maximiza las posibilidades de supervivencia del pollo que queda en el nido".
Nidos artificiales
Aunque a Asturias llegaron 13 pigargos, al aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas llegaron 18. Todos ellos fueron trasladadas por un equipo del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) al centro de recuperación que la asociación tiene en Majadahonda (Madrid), para su supervisión veterinaria, la obtención de muestras para pruebas analíticas y la colocación de un emisor GPS que permitirá seguir sus movimientos cuando sean liberados.
Los cinco pigargos que no fueron trasladados a Asturias permanecen en el centro de recuperación de fauna de GREFA, ya que aún son demasiado pequeños. Pero próximamente serán también trasladados a Piminago.
Las 13 rapaces trasladadas a Asturias aún no han aprendido a volar y reposan en los nidos artificiales construidos dentro del recinto en forma de jaulón instalado en Pimiango.
Cuando puedan volar por sí mismas pasarán a un sector más amplio dentro de ese mismo recinto, donde seguirán aclimatándose a la zona y socializando entre ellas, hasta su suelta. En todo momento serán alimentadas y vigiladas por técnicos del Proyecto Pigargo, igual que ocurrió con el primer grupo.
El emisor GPS que portan las aves ha permitido comprobar que el comportamiento de los seis pigargos supervivientes de la primera suelta se ajusta a lo esperado por los expertos.
Así, durante sus vuelos en busca de territorios para asentarse, los pigargos se movieron intensamente por toda la cornisa cantábrica, los Pirineos y el resto de la mitad norte de la península Ibérica.
"Un buen indicador del proyecto es que casi todos los pigargos que liberamos el año pasado se han vinculado en mayor o menor medida al entorno de liberación, lo que dice mucho de las posibilidades de que en un futuro se reproduzcan en esa zona, que es nuestro objetivo", explica Ernesto Álvarez, presidente de GREFA.
Carroñeros estrictos
Los pigargos liberados consumen principalmente restos de animales muertos: un 50% de cadáveres de ungulados salvajes (jabalí, gamo, corzo y ciervo), un 35% de ungulados domésticos (burro, vaca, cabra, ternero y caballo) y el 15% de peces.
"Pese a los miedos iniciales, las aves se han integrado bien en el hábitat y se desenvuelven sin afecciones a la fauna salvaje o doméstica", indica la bióloga Lorena Juste, coordinadora del Proyecto Pigargo.
"De hecho, hasta la fecha se comportan como carroñeros estrictos y su presencia en la zona no ha supuesto el desplazamiento de otras especies como el alimoche, el halcón peregrino o aves acuáticas y marinas", recuerda Juste.
La muerte por electrocución es una de las principales amenazas para las rapaces. Por este motivo, bajo la cobertura del Proyecto Pigargo se corrigieron casi medio centenar de apoyos eléctricos (postes o torretas)con medidas antielectrocución y se adecuaron más de seis kilómetros de cables eléctricos con medidas anti-colisión.
"Estas medidas son las primeras de otras que vendrán y se han llevado a cabo gracias a la colaboración de la compañía EDP, que ha querido implicarse en la recuperación del pigargo con unas actuaciones en el entorno de la zona de liberación que beneficiarán a muchas otras especies de aves", señala el presidente de GREFA.
El pigargo, el águila más grande de Europa, es una de las ocho aves que figuran en el Listado de Especies Extinguidas en España, que incluye a los animales y plantas quepueden ser objeto de proyectos de reintroducción autorizados por las administraciones competentes, para recuperar la biodiversidad perdida.
El Proyecto Pigargo, que ha cosechado críticas de científicos, grupos ecologistas y colectivos ganaderos, está impulsado por GREFA, cuenta con el apoyo económico del Ministerio para la Transición Ecológica y la colaboración del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Ribadedeva, el Gobierno de Cantabria, dos entidades noruegas y EDP.
Preguntas y respuestas sobre el Proyecto Pigargo: https://www.grefa.org/proyectosgrefa/preguntas-y-respuestas-sobre-el-proyecto-pigargo.html
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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es
