Una campaña de recogida de firmas en Change.org para pedir el cierre de los delfinarios españoles ha logrado ya casi 120.000 rúbricas. Mientras sus promotores aguardan el momento en que el tema se debata en las Cortes, entidades y activistas buscan alternativas para mejorar el estado de los delfines en cautividad en España. Nuestro país es el que tiene mayor número de delfinarios de Europa -con 11 de un total de 30-, según la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA).

Aunque el día dedicado a estos mamíferos marinos es el 23 de julio, este lunes 4 se conmemoró específicamente el de los delfines en cautiverio, cuyo fin es abogar por el cierre de todos los delfinarios existentes.

De acuerdo con los datos de FAADA, España es, junto con Japón, China, EEUU, México, Rusia y Ucrania, uno de los países con mayor número de instalaciones de este tipo, repartidas entre Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Canarias, Andalucía y Madrid.

Pero estos animales, que tienen "mucha inteligencia y sienten emociones" en un nivel cercano al humano, "precisan mucho más espacio para nadar" según ha explicado a Efe la veterinaria Miriam Martínez, quien hace hincapié en su incapacidad para desarrollar relaciones sociales correctas en un delfinario, como las que aplican en su hábitat natural.

Una orca con heridas en su cuerpo Change.org

En lugar de ello "esas relaciones se hacen artificialmente por intereses específicos" lo que supone "una limitación sensorial brutal" para los animales y propicia la aparición en ellos de múltiples patologías como estrés, problemas en la piel y ojos o digestivos.

Una joven de 15 años al frente de la iniciativa

El recuento del programa SOS Delfines de FAADA indica que en España existe un total de 102 delfines, 3 belugas y 5 orcas mantenidas en cautividad y que, a nivel mundial, 58 países mantienen más de 3.000 cetáceos en cautiverio.

El cierre progresivo de estas instalaciones y el traslado de los animales a santuarios marinos o centros de recuperación son algunas propuestas incluidas en proyectos como 'No es país para delfines', de la activista barcelonesa Olivia Mandle que a sus 15 años y con el apoyo de la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA) ha logrado reunir casi 120.000 firmas para llevar el problema al Senado.

"No es posible tener encarcelados a estos animales durante toda su vida para que nosotros podamos disfrutar de ellos durante diez minutos", se ha quejado Mandle a Efe, describiendo lo que califica como "el triángulo terrorífico de la captura, el comercio y la cría" y pidiendo directamente a los delfinarios "que se reinventen".

Además, exige que "mientras no se puedan sacar de estos centros, deben adaptar las condiciones de las piscinas" con medidas como la eliminación del cloro y la prohibición del contacto con el público.

Delfines con aros Agencias

Aún en proceso de debate parlamentario, la propuesta -que también busca proteger a orcas y belugas- plantea de hecho el cierre de los delfinarios en España igual que en otros países como Alemania, Reino Unido, Croacia, Chipre, Uruguay, Costa Rica o la India, algo que la diputada del PSC y coportavoz de la APDDA Sandra Guaita considera "posible" previo diálogo con zoos y delfinarios.

El Gobierno, por su parte y al margen de esta iniciativa, ya está trabajando en medidas para poner en libertad los cetáceos que están recluidos en instalaciones turísticas y de otro tipo en España.

Los delfinarios defienden su papel

El sector no comparte esta opinión y, así, el director del tinerfeño Loro Parque, Javier Almunia, ha calificado el proceso a Efe como "inviable" ya que "los santuarios de animales como tal no existen", dado la cantidad de factores capaces de alterar cualquiera de ellos hoy día como la contaminación acústica y química, la saturación de plásticos o la exposición a parásitos y patógenos con las consecuentes enfermedades.

Almunia ha puesto como ejemplos los casos del santuario de belugas de Islandia "que no está en uso" y el de Bali que en realidad no es más que un grupo de "jaulas flotantes más pequeñas que las de algunos zoológicos".

Por el contrario, los zoológicos modernos son un lugar más seguro para estos animales porque pueden vivir más años que en libertad, gracias entre otras cosas al "vínculo de confianza desarrollado con sus cuidadores".

Además, cuentan con una serie de "juguetes o herramientas" que complican su acceso al alimento, lo que "simula un escenario similar al que vivirían en el mar", mientras que la exhibición al público es una "forma de mantener físicamente a los animales”.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es