Los incendios están arrasando de nuevo España este verano. Pese a los esfuerzos de quienes luchan para contener los daños y a que España dispone de uno de los sistemas más sofisticados y destina considerables recursos a la extinción, se hace necesario un "enfoque más equilibrado y amplio, no solamente centrado en priorizar la extinción", ha señalado el Colegio Oficial de Ingenieros de Montes (COIM), que sostiene que la mejor "vacuna" contra los megaincendios es "recuperar la gestión forestal".

Los bosques españoles han multiplicado por 2,5 su extensión en los últimos 80 años y por 3 sus stocks de biomasa en el último medio siglo, mientras que su aprovechamiento se ha estancado durante ese periodo de tiempo.

La difícil orografía española, unida al "tremendo retroceso" de la agricultura tradicional y la ganadería extensiva, "a pesar de las ingentes cantidades de dinero destinadas por la PAC", han generado una continuidad de vegetación forestal en zonas de montaña, que hace "más difícil la extinción de los incendios, a la vez que impide abordarla en muchas ocasiones, teniendo que esperar el momento para hacerla con la necesaria seguridad para los equipos de extinción", resaltan los ingenieros.

La configuración de estas nuevas superficies forestales presenta con frecuencia vegetación muerta por encima de 10 toneladas por hectárea, superando así la capacidad técnica de extinción, resaltan. Por todos estos motivos, el COIM propone diversas actuaciones.

Incendio forestal en Cantabria. Europa Press

Más gestión forestal

Frente a los 1.000 millones de euros que se destinan a la extinción de incendios cada año en España, apenas 300 son destinados a la gestión de los bosques y solo 100 millones en el ámbito forestal, principalmente la la contratación de medios aéreos de apoyo a las comunidades autónomas para la extinción de incendios. "Ante esta situación resulta necesario considerar la política forestal como un elemento central para la cohesión territorial entre comunidades autónomas y paliar las fuertes disparidades de PIB por hectárea forestal", pues hay comunidades en las que es más de 70 veces mayor que en otras.

Apostar por la bioenergía

Ante la fuerte acumulación de biomasa en los bosques y el insuficiente aprovechamiento agrícola, unido a la incertidumbre sobre el suministro energético que se cierne sobre la Unión Europea, "parece lógico apostar por la bioenergía en todas sus formas". Medidas como el fomento de las redes de calor y el uso prioritario de la biomasa para la demanda térmica, dispersa y rural, incluso la reducción del IVA al 10% para el consumidor, resultarían "adecuadas" para la consecución de este objetivo, indica el COIM.

Modificar la legislación

La aplicación del principio de precaución, de origen ambiental, a los recursos naturales renovables y vivos, comporta con frecuencia un impedimento a la gestión forestal por no sopesarse también los riesgos de la no actuación. Por otro lado, en muchos lugares del medio rural se aplican normativas muy restrictivas que impiden actividades económicas deseables e inocuas. Debe modificarse la legislación, indican los ingenieros de montes.

Descarga de un hidroavión del Ejercito del Aire frente a un operativo de Castilla La Mancha. Orlando Martínez / COIM

Empoderar a los titulares de montes

La gestión forestal requiere de estructuras más ágiles y actuales que incluyan una necesaria digitalización y colaboración público-privada en las actuaciones. Empoderar a los titulares de montes y exigir resultados resulta más eficiente que una exhaustiva tutela por parte de la administración forestal. Una de las principales causas de abandono forestal es el minifundio. "Es necesario buscar soluciones ágiles y eficientes que permitan asegurar una gestión forestal viable con parcelas minúsculas", destaca el COIM.

Pagar por servicios ambientales

Según los ingenieros de montes, es el momento de aplicar el principio de que "si quien contamina paga, quien descontamina es compensado". Señala como opciones la Directiva Marco de Aguas, y disposiciones y artículos de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y la Ley de Montes. "La desproporción entre unas restricciones siempre aplicables y unos incentivos elusivos es una de las mayores incoherencias colectivas que los incendios ponen en evidencia", claman.

Recuperar la ganadería extensiva

El pastoreo en terrenos forestales arbolados o arbustivos deben ser considerados en la PAC, implementando una comercialización diferenciada, reclaman. Igualmente, los ingenieros de montes apuestan por el mantenimiento de cultivos en parcelas estratégicas como cortafuegos, que "deberían recibir un trato diferenciado en la legislación forestal que los incentivaran".

Superficie calcinada en el incendio forestal de la reserva de la Sierra de la Culebra. Brais Lorenzo / EFE

Educar a la población joven

Los ingenieros de montes reconocen que alcanzar la gestión forestal que proponen no será posible sin "educar adecuadamente a las jóvenes generaciones", enseñándoles que la corta de árboles es "el ejemplo más evidente de comportamiento ambientalmente negativo y la plantación representa la actuación ambiental más positiva". Igualmente, ven necesario recordar la "gran aportación" que cada ciudadano puede hacer "consumiendo productos forestales y agropecuarios de proximidad".

Impulsar la bioeconomía

El uso de la madera y otros productos forestales en sectores como la construcción, embalaje, textil, química o energía frente a los basados en materias primas no renovables resulta incuestionable en términos de sostenibilidad por lo que las Administraciones Públicas deben apostar y liderar el uso de las de origen renovable, "por ejemplo, sustituyendo las calderas de sus edificios por calderas de biomasa", proponen. "Países como Francia, ya establecen que en la promoción pública de viviendas y oficinas debe de usarse el 50% al menos de madera como materia prima", revelan.

Coordinar las políticas de despoblación y forestales

"A nadie le resulta ajeno el fuerte solape territorial que existe entre las zonas de riesgo de despoblación y las zonas más forestales", destacan los ingenieros de montes. Por ello, las políticas forestales y de despoblación requieren, en su opinión, de "una fuerte imbricación y coordinación para alcanzar sus objetivos", resultando clave que las medidas se acuerden entre las Administraciones Públicas competentes, a través de mecanismos de concertación como el Consejo Forestal Nacional, que debería ser clave por su representatividad.