El dengue, la hepatitis, la malaria o el zika vivirán su propia época dorada debido al cambio climático. El aumento de temperaturas, el incremento del nivel del mar, las lluvias torrenciales o las grandes sequías serán un caldo de cultivo para que los patógenos que provocan enfermedades infecciosas se transmitan más y mejor entre los humanos. Las condiciones climáticas extremas permitirán que el 58% de las enfermedades conocidas se agraven. 

Así queda constatado en un reciente artículo publicado en la revista ‘Nature Climate Change’, en el que un equipo de investigadores de la Universidad de Hawái arroja luz sobre este fenómeno del que muchos hablan pero aún nadie había cuantificado.

La pandemia de coronavirus corroboró lo que la comunidad científica ya venía advirtiendo desde hacía años: el ser humano es cada vez más vulnerable a los patógenos.

Tras la irrupción del nuevo virus, los investigadores se ha cansado de advertir de que el calentamiento global, unido al uso intensivo de los recursos naturales por parte del ser humano, es un polvorín para la expansión de virus, bacterias, hongos u otros tipos de patógenos por todo el planeta, pero hasta hoy no se ha sabido en qué proporción.

Mosquito del dengue. pixabay

“Sabíamos que el cambio climático puede afectar las enfermedades patógenas humanas", asevera la coautora Kira Webster, estudiante de doctorado en geografía de CSS. Sin embargo, a medida que iban ahondando en una extensa base de datos, los científicos se quedaban “fascinados” a la par de “angustiados”, por “la abrumadora cantidad de estudios de casos disponibles que ya muestran cuán vulnerables nos estamos volviendo al cambio climático”. 

Más de 1.000 vías de transmisión

Los investigadores eligieron 10 impactos climáticos para ver su relación con la expansión de patógenos. Entre los elegidos se encontraron las altas temperaturas, la sequía, las olas de calor, los incendios forestales, las precipitaciones extremas, las inundaciones, las tormentas, el incremento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y la desertificación.

Los científicos combinaron esta información con la de más de 70.000 artículos sobre las enfermedades que han asolado a la humanidad en la historia registrada para determinar la relación entre ambos fenómenos. 

Lo que hallaron es que, efectivamente, hay un estrecho vínculo entre ellos: 218 de las 375 enfermedades infecciosas conocidas ganarán fuerza con el cambio climático y, a la vez, lograrán el potencial suficiente como para transmitirse por más de 1.000 vías diferentes, como insectos, agua, aire, contacto directo y alimentos.

“Dadas las consecuencias tan amplias y generalizadas que ha tenido la pandemia de covid-19, fue realmente aterrador descubrir la enorme vulnerabilidad de nuestra salud debido a la emisión de gases de efecto invernadero”, asegura Camilo Mora, profesor de geografía en la Facultad de Ciencias Sociales (CSS) y autor principal del artículo, que insiste que hay “demasiadas enfermedades y vías de transmisión” como para pensar que realmente “podemos adaptarnos al cambio climático”

El aumento del nivel del mar incrementará la transmisión de enfermedades. FOTO: CC BY ND 2.0

Para hacer visible este amplio abanico de enfermedades y su asociación con los impactos derivados del cambio climático, el equipo de investigación ha puesto en marcha una página web (https://camilo-mora.github.io/Diseases/?impact=Positive) que muestra cada conexión con el peligro climático, la enfermedad y su vía de transmisión más probable.

Mayor trasiego de enfermedades

Pero la estrecha relación entre ambos peligros para la humanidad no es lo único que descubrieron estos científicos y a lo que hacen alusión en su estudio. Los investigadores también determinaron que los impactos climáticos acercan los patógenos a las personas y, viceversa. Y es que las fronteras en las que pueden sobrevivir tanto los vectores (mosquitos, garrapatas, pulgas u aves) como los patógenos se están disipando. Esto significa que serán más proclives a expandirse más allá de su área geográfica original y perdurar más tiempo en el ecosistema.

Por otro lado, las personas se están acercando más a las enfermedades, pues con el cambio climático muchos se ven obligados a desplazarse o migrar a otros países para conseguir el confort térmico, lo que supone un mayor trasiego de enfermedades

Los impactos asociados al cambio climático también favorecen las situaciones que permiten a estos microbios sobrevivir y reproducirse. Por ejemplo, cuando hay fuertes lluvias, tormentas o inundaciones el agua puede quedarse estancada, y es entonces cuando aumentan los criaderos de mosquitos y otros patógenos transmisibles por el agua, como leishmaniasis, malaria o fiebre amarilla.

Terreno afectado por la sequía. pixabay

Pero los peligros van más allá, porque los patógenos también son capaces de adaptarse rápidamente a las nuevas condiciones climáticas. De este modo, se ha comprobado que las olas de calor son reservorios de microbios con alta resistencia a las altas temperaturas, dado que el que no puede hacerlo, muere. 

El cambio climático nos hace más débiles

Y si todo esto no fuera suficiente, el cambio climático también nos está haciendo más débiles. La humanidad se enfrenta a unas condiciones muy poco agradables para desarrollar su vida.

Las temperaturas extremas provocan alteraciones en el metabolismo, los peligros asociados al cambio climático generan estrés, los daños a las infraestructuras fuerzan la exposición a patógenos.  

Si bien la gran mayoría de las enfermedades se hicieron más fuertes con el cambio climático hay otras que se debilitaron. Un total de 63 de 286 enfermedades tendrán problemas para propagarse o reproducirse. Aunque en el estudio descubrieron que incluso teniendo posibilidades de desaparecer, siempre habrá al menos uno o dos impactos climáticos con potencial para mejorarlas. 

Enlaces de referencia: 

https://www.nature.com/articles/s41558-022-01426-1

https://camilo-mora.github.io/Diseases/?impact=Positive

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es