Gases de efecto invernadero

Empiezan a construir la mayor factoría de captura de CO2 directamente del aire

La empresa Climeworks sigue levantando estaciones para 'aspirar' dióxido de carbono de la atmósfera

Joan Lluís Ferrer

Joan Lluís Ferrer

El sistema de capturar CO2 directamente en el aire mediante grandes turbinas que ‘aspiran’ este compuesto y lo retiran de la atmósfera ha sido siempre visto con recelo por parte de los expertos. Sin embargo, la realidad es que cada vez se están construyendo máquinas más grandes para atrapar el CO2 y la última está haciéndose realidad ahora mismo en Islandia por parte de la empresa líder en este sector.

Climeworks, la empresa fundada en Suiza en 2009 con el propósito de capturar CO2 directamente del aire para ayudar a reducir el efecto invernadero, sigue avanzando en sus objetivos. Aunque la idea pareció a muchos un sistema con escasas posibilidades de éxito y corto recorrido, lo cierto es que Climeworks no solo se mantiene a flote sino que está incrementando la eficiencia de su maquinaria de captura de CO2. Ahora mismo está construyendo en Islandia una nueva estación que rompe con todo lo visto hasta ahora.

‘Orca’ fue hasta septiembre de 2021 la planta de captura de aire más grande del mundo. Se trata de una instalación que tiene la capacidad de absorber 4.000 toneladas de dióxido de carbono del aire, lo que equivale a 790 automóviles.

Sin embargo, ‘Orca’ será superada por una nueva versión más potente de este sistema. En pocos meses entrará en funcionamiento ‘Mammoth’. Esta nueva máquina tendrá la capacidad de capturar nueve veces más dióxido de carbono que la actual Orca, lo que supone todo un salto adelante. Pero las 36.000 toneladas anuales de CO2 que puede capturar esta nueva planta siguen siendo solo una pequeña fracción de la capacidad que tendrá la siguiente planta, ya en fase de diseño. La idea de la empresa es lograr varias megatoneladas para 2030 y de ahí pasar a gigatoneladas en 2050.

Mammoth ya se está construyendo

'Mammoth' avanza a pasos agigantados. Las imágenes que ha mostrado Climeworks en su página web ponen de manifiesto que la cosa va en serio. De momento, se ha logrado completar la nave principal de la instalación, que estará rodeada de gigantescas baterías de turbinas captadoras de CO2.

Aspecto que ofrece la nave principal de la factoría Mammoth

Aspecto que ofrece la nave principal de la factoría Mammoth / Climeworks

La nave quedó concluida antes del día de Navidad

La nave quedó concluida antes del día de Navidad / Climeworks

En esta gran planta "el CO2 capturado será tratado antes de su almacenamiento subterráneo. Será purificado y condensado antes de ser disuelto en agua y secuestrado bajo tierra por Carbfix, y allí se convertirá en piedra gracias a su método de mineralización", explican los responsables de la empresa.

Si Orca tenía ocho colectores de CO2, Mammoth tendrá nada menos que 72.

La nueva factoría demuestra que el sistema es escalable hacia dimensiones cada vez más grandes, al aumentar su capacidad de captura nominal desde miles de toneladas al año a decenas de miles de toneladas anuales.

Ya hay 20 en todo el mundo

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), actualmente hay alrededor de 20 plantas de este tipo repartidas por todo el mundo. Pero lo cierto es que su impacto real en la reducción de CO2 atmosférico es aún muy limitado. Todas ellas juntas no representan por ahora una solución real a los gases de efecto invernadero provocados por las actividades de los seres humanos.

Según el cálculo realizado por la agencia, para lograr un verdadero impacto positivo en el medio ambiente, tendría que haber plantas de captura de aire capaces de absorber 85 millones de dióxido de carbono. Sin embargo, con las 20 plantas que existen actualmente, sumando además la de Mammoth, solo se podrían absorber 0,01 millones de toneladas de CO2. Es evidente que se trata de una proporción ínfima.

Para poder limpiar el planeta de los gases de efecto invernadero, se necesitarán plantas que sean capaces de absorber un millón de toneladas de dióxido de carbono por año, cada una. Mammoth sólo tendrá la capacidad de capturar 36.000 toneladas de este compuesto químico, lo que hace que esté muy lejos de la meta ya mencionada, aunque es un gran avance en temas de tecnología para el medio ambiente.

El inconveniente más grande con las plantas que capturan dióxido de carbono del aire es que requieren grandes cantidades de energía para funcionar. Pero, en el caso de Orca y Mammoth, como se encuentran ubicadas en el parque geotérmico de Hellisheiði en Islandia, pueden proveerse de energía renovable para alimentar sus operaciones y así poder separar el CO2 del aire limpio sin causar ningún tipo de emisiones, lo que, por otra parte, sería un contrasentido tratándose de una instalación como esta.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es