Biodiversidad

Estos son los 10 animales más asombrosos del mundo

Especies con ‘superpoderes' que estudian los científicos para aplicarlos al ser humano

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Sobrevivir en el espacio exterior, ser inmune al cáncer, no necesitar agua para vivir, congelarse durante meses y resucitar, regenerar todo el cuerpo a partir de la cola, ser inmune al paso del tiempo, rejuvenecer y renacer, cambiar de género… Son algunos de los ‘superpoderes’ de los que gozan algunas especies animales. Varias de estas características llevan décadas siendo estudiadas por los científicos para aplicarlas al ser humano. Los secretos de la eterna juventud y la vida eterna podrían hallarse en estos diez animales, los más asombrosos y sorprendentes del mundo.

1. Tardígrado

También llamado oso de agua, sobrevive incluso en el espacio y a elevadísimos niveles de radiación, y soporta temperaturas de entre –200ºC y 148,9ºC. Es incluso posible que esté habitando la Luna: varios ejemplares viajaban en una sonda espacial israelí que se accidentó en el satélite en 2019. Este animal de menos de un milímetro de largo puede volver a la vida décadas después de haber sido deshidratado. Cuando se seca, retrae la cabeza y sus ocho patas, se arruga formando una bola, expulsa casi todo el agua de su cuerpo, su metabolismo se ralentiza al 0,01% y entra en un estado de animación suspendida parecido a la muerte.

2. Ratopín rasurado

Es prácticamente insensible al dolor e inmune al cáncer. Puede vivir hasta 30 años –diez veces más que los roedores de su tamaño– y nunca bebe agua. Cada colonia tiene su propio ‘dialecto’. Y los ratopines criados en una nueva colonia, diferente a la de su nacimiento, aprenden el nuevo dialecto. La reina –tienen mucho en común con los insectos– es la responsable de la reproducción de la colonia, y preserva el dialecto. Dentro de su colonia, trabajan en armonía, viven en comunidades muy unidas y altamente cooperativas. Cada uno conoce su rango y las tareas que debe realizar. Pero son muy agresivos con los ratopines ‘forasteros’.

3. Medusa inmortal

Biológicamente puede vivir eternamente en ausencia de depredadores o enfermedades. Es el único animal conocido que puede revertir completamente su estado hasta la inmadurez sexual. Si un ejemplar de esta especie sufre una herida grave, cae enfermo, se siente amenazado o tiene mucha hambre, se transforma de nuevo en un pólipo y renace. Es capaz de ‘reconstruir’ sus células y hacerlas retroceder a su fase más temprana en apenas tres días. Y desde su nuevo estado de pólipo vuelve a desarrollarse y a reproducirse. Los científicos han conseguido demostrar que el sujeto renacido, genéticamente hablando, es el mismo que del que procede.

4. Pez pulmonado africano

Es un auténtico fósil viviente, ya que constituye un escalón evolutivo entre los peces y los anfibios. Puede sobrevivir con niveles muy bajos de oxígeno, por lo que su sistema branquial es muy reducido. A cambio posee dos pulmones sin bronquios. Cuando se secan las charcas y lagos en los que habita, hace un agujero en el fango de entre 30 y 50 centímetros de profundidad, se dobla sobre si mismo, segrega una mucosa espesa que le protege de la deshidratación y sella la entrada con arcilla, dejando 2 o3 pequeños agujeros para permitir la aireación. Es capaz de sobrevivir así durante meses, reduciendo al mínimo su metabolismo.

5. Weta de las montañas

Este insecto se congela durante meses y después ‘resucita’. Puede afrontar ciclos repetidos de congelación y descongelación sin sufrir efectos secundarios. Aguanta que el 80% de su cuerpo pase a ese estado. Lo hace para sobrevivir a grandes cambios de temperatura, gracias a una proteína que evita que cristalice su sangre. En invierno, entra en criptobiosis (suspensión de los procesos metabólicos) y alcanza un estado de suspensión animada, similar a la muerte. De hecho, durante su etapa de criogenización se hace el muerto (piernas extendidas, garras expuestas y mandibula abierta) para evitar ser comido por los depredadores.

6. Ajolote

Esta salamandra acuática es capaz de regenerar su cuerpo y mantenerse joven toda su vida. Puede regenerar su cola, sus extremidades, su médula espinal, parte de su cerebro, el corazón, su mandíbula inferior y otros órganos. Los investigadores siguen indagando cómo lo hace para aplicarlo en humanos. A diferencia de otras salamandras, que se someten a metamorfosis, el ajolote nunca supera su etapa larvaria: mantiene su aleta dorsal en forma de renacuajo, sus branquias externas plumosas y sus pies palmeados. Aunque conservan sus branquias, los ajolotes adultos también tienen pulmones funcionales y pueden respirar a través de la piel.

7. Pez payaso

Aunque todos los peces payaso nacen siendo machos, son hermafroditas, y algunos se convierten en hembras. Cuando muere una hembra alfa, su pareja experimentan cambios neuronales que conducen a la transformación de sus testículos en ovarios. Este hecho contribuye a que la especie sobreviva, gracias a la formación de una nueva pareja reproductora sin moverse de su anémona, que les proporciona refugio y con la que mantienen una relación simbiótica. Cada familia está conformada por dos o más individuos con una jerarquía social basada en el tamaño. Solamente los dos más grandes son maduros y monógamos, y la dominante es la hembra.

8. Tortuga gigante

Las tortugas, en realidad, no mueren de viejas. Podrían vivir eternamente si no fuera por las enfermedades, los depredadores… y el ser humano. Pero estos tres factores provocan que su vida media se sitúe en unos 80 años. “Jonathan”, una tortuga gigante de Seychelles que vive en la isla Santa Elena, tiene 190 años. La longevidad de las tortugas tiene que ver con su lento metabolismo, su temperamento tranquilo, su capacidad para estar meses sin comer ni beber, su resistente coraza y el hecho de que sus órganos no envejecen con el paso del tiempo: un pulmón o un riñón de una tortuga centenaria no se distinguen de los de una adolescente.

9. Gusano planaria

Puede regenerar los órganos perdidos tras el ataque de un depredador o después del apareamiento. Aunque quede dividido en dos trozos, los dos se desarrollarán y de ellos surgirán dos planarias diferentes. Además, no tiene sistema respiratorio ni circulatorio, carece de ojos (tiene dos pequeñas manchas oculares que utiliza a modo de fotorreceptores para ver) y es hermafrodita. Más: su boca está en mitad del estómago y se puede reproducir tanto de forma sexual como asexual. Durante la reproducción asexual la cola se desprende del resto del cuerpo y se regeneran las partes perdidas. La otra parte recupera en unos días la cola.

10. Rata canguro

Es nocturna, y al ser su piel impermeable, no tiene apenas pérdida de líquidos, así que no necesita agua del exterior para sobrevivir. De hecho, la ‘fabrica’ con su propio aliento. Al intercambiar el aire de salida, húmedo, y de entrada, desciende la temperatura en la laringe y en las regiones más frías de la nariz se condensa agua producida químicamente en forma de gotas que asimila por el cuerpo. También extrae líquido de semillas y plantas, que almacena en las glándulas sudoríparas de sus pies. Tiene unas bolsas en la parte exterior de sus mejillas en las que guarda semillas de las que se alimenta cuando no encuentra comida.

Otras especies singulares

Hay muchos más animales asombrosos que podrían incorporarse a esta lista. Por ejemplo, el caballito de mar, pues son los machos los que se quedan preñados y paren: llevan a unos 2.000 bebes en su estómago (unos 2.000 cada vez) entre 10 y 25 días y, al final, dan a luz. O la hormiga Cataglyphis bicolor, capaz de resistir temperaturas salir a cazar con temperaturas superiores a los 60ºC en el Sáhara.

También podría incluirse al escarabajo rojo de corteza plana, que produce proteínas anticongelantes para soportar el frío, o la rana de la madera, capaz de resistir hasta a –18ºC al proteger sus células con glucosa (crioprotección). Hay asimismo cerca de 500 especies de peces capaces de cambiar de género; ballenas bicentenarias; peces que son masas informes gelatinosas; escarabajos que pueden mover pesos 1.000 veces superiores al suyo; tiburones con 4.000 dientes; y un puñado de especies capaces de reconocerse ante un espejo; esto es, con conciencia de sí mismos.