Global Omnium se encuentra, actualmente, participando en la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas que se celebra, hasta el próximo 18 de noviembre, en Egipto. Esta es la tercera ocasión en la que la empresa valenciana especializada en el ciclo integral del agua asiste a esta reunión internacional. Allí se encuentra su director de Sostenibilidad, Juan Luis Pozo.

¿Qué supone para Global Omnium la oportunidad de participar en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas tras las experiencias ya vividas en Madrid y en Glasgow?

Para nosotros es un privilegio como organización formar parte de las Cumbre del Clima, ya que muy pocas empresas tienen a algún representante acreditado por Naciones Unidas. En concreto, a Global Omnium como empresa del sector del agua, participar en la COP nos permite tener voz en foros de debate y poner nuestro granito de arena para defender los intereses a nivel internacional de nuestro sector en la adaptación contra la emergencia climática.

Usted va a exponer el proyecto HortiGO2, que precisamente presentará el jueves aquí en València. La iniciativa habla de la compensación de las emisiones de dióxido de carbono a través de la huerta. ¿Cómo se concreta esa compensación?

El proyecto piloto HortiGO va a permitir validar la metodología para convertir a la huerta valenciana en sumidero oficial de carbono. De esta forma, se pondrían las absorciones de CO2 generadas en la huerta a disposición de las empresas y municipios para compensar sus emisiones a través de un proyecto local. Al mismo tiempo que se promueve la conservación de los espacios naturales del entorno, se reconoce su valor y se contribuye a la viabilidad económica de la huerta, entre otros muchos beneficios.

¿Cómo se pueden beneficiar los agricultores de esta iniciativa?

Uniéndose a esta iniciativa podrán comercializar sus productos con la etiqueta de ser neutros en carbono, promoverán la economía local y el comercio de kilómetro cero y de proximidad. En un principio, todos los agricultores de la huerta valenciana pueden acogerse al proyecto a través de un cuestionario de preinscripción y posteriormente se seleccionarán los cultivos que cumplan con los criterios mínimos de elegibilidad. El principal beneficio para los agricultores es el de reconocer la huerta como sumidero de carbono, de forma que los esfuerzos económicos de compensar la huella de carbono de las organizaciones puedan revertirse en la economía local y se apueste por proyectos medioambientales con impacto positivo en el entorno.

¿Y a la ciudadanía? ¿Cómo le afecta?

Con el proyecto hortiGO queremos ayudar a conservar este patrimonio natural para que pueda ser disfrutado por futuras generaciones. Es una iniciativa que beneficia al ciudadano de forma directa, pues la huerta valenciana se ha convertido en un foco de atracción tanto turística como para los ciudadanos, ya que promueve la cultura y tradición de nuestro entorno natural.

¿Qué importancia tiene que la administración y el Tribunal de las Aguas estén involucrados en el proyecto HortiGo?

El proyecto HortiGO es un proyecto para la ciudad y sobre todo para el ciudadano. Para convertir el proyecto en una realidad necesitamos que cada una de las partes sume su conocimiento. Y, en este caso, tanto la Administración como el Tribunal de las Aguas son grandes conocedoras de las necesidades de la huerta y su entorno.

¿Qué plazos se manejan para poder certificar el método para medir cuánto fija la huerta valenciana?

El proyecto está estructurado en diferentes fases. La primera y más importantes ya se ha llevado a cabo, por lo que estimamos que, antes del plazo de un año, ya se estarán beneficiando del piloto una gran parte de los agricultores.

¿Cree que podría haber relación entre el proyecto HortiGO2 y el relevo generacional para trabajar la huerta?

Desde Global Omnium somos conscientes de que la emergencia climática va a traer un abandono de ciertos sectores, como puede ser el sector primario, y hemos empezado a poner en marcha medidas para paliarlo; por ello, consideramos que una de las partes relevantes del proyecto es la lucha contra el reto demográfico y fijación de la población.

¿Qué destacaría de la huerta periurbana de València?

La huerta valenciana es un tesoro para la ciudad. Es un privilegio poder contar en este patrimonio natural a un paso de la ciudad, aportando beneficios tanto a nivel paisajístico como ambientales.

València se convirtió en ciudad pionera a la hora de medir la huella de carbono que genera su turismo. ¿Para qué sirve esta medición?

La medición de la huella de carbono es el punto más importante a la hora de afrontar acciones de mitigación y/o adaptación al cambio climático, pues nos va a permitir tener un punto de partida, es decir, conocer donde se producen los mayores impactos y, sobre todo, tenerlos controlados para llevar a cabo acciones que permitan reducirla.

¿Qué puede hacer la ciudad para reducir esa huella de carbono?

Actualmente, la ciudad de València ya ha empezado su camino a la neutralidad climática, pero para conseguirlo es necesario involucrar tanto a los ciudadanos, empresas como administraciones públicas. La emergencia climática requiere de la acción de todos.

¿Qué es lo que convierte a València en un destino turístico sostenible e inteligente?

València se convirtió en el año 2020, gracias a la colaboración con Global Omnium, en la primera ciudad del mundo en verificar la huella de carbono de su turismo bajo el estándar ISO 14064-1; posteriormente, en 2021, consiguió otro hito, calculando la huella hídrica de su turismo. Todo esto le ha permitido recibir reconocimiento a nivel internacional y convertirse en uno de los destinos turísticos más sostenibles.