De acuerdo: hay que acabar con el plástico, sobre todo el de un solo uso. Pero ¿seguro que es tan fácil? Internet está inundado con listados de “cómo vivir sin plástico” y de consejos para llevar una vida al margen de este odiado material. Ahora bien, muchas de estas recomendaciones o trucos exigen a menudos sacrificios que no todo el mundo puede permitirse, o son alternativas tan complejas que resultan inviables en una sociedad urbana. Así que a continuación te ofrecemos algunas propuestas que consideramos factibles para reducir el plástico por parte de cualquier persona, sin necesidad de convertirse en hippy o en activista ambiental a tiempo completo. Si no puedes aprovechar todos estos consejos, solo con que implantes alguno en tu rutina diaria, ya permitirá evitar muchos residuos en el mar y el campo.
1.Productos a granel, no envasados
El envasado de frutas, verduras, legumbres, bollería, galletas… y, en realidad, cualquier alimento, está alcanzando límites absurdos. Hay supermercados más adictos al plástico que otros (búscalo en internet), así que si vamos a las cadenas más sensibilizadas, podremos encontrar más productos a granel, libres de plástico, y que podemos adquirir en la cantidad que queramos, no en lotes ya decididos por el mayorista. Pero, en realidad, lo preferible es ir a las pequeñas tiendas de cercanía, o a mercados tradicionales, donde casi todo es a granel y sin envoltorios innecesarios. Más mercado y menos supermercado.
2.Lleva tu propia bolsa de compra
Hemos de llevar siempre nuestra propia bolsa de tela o cesto para ira a hacer las compras. Las bolsas de plástico desechables han de quedar desterradas para siempre de nuestra rutina diaria. Ni pagando hay que coger bolsas desechables.
3.No al agua envasada
Cada minuto se tira un millón de botellas de plástico en el mundo. Una verdadera lluvia contaminante en la naturaleza, pues solo se recicla una pequeña parte. El agua del grifo es tan potable como el agua envasada y, en ocasiones, incluso más saludable. Los estudios al respecto son categóricos. Ahora bien, cuando ello no es así o cuando nuestro paladar no se acostumbra de ningún modo, la instalación de un aparato purificador (los hay de infinidad de modelos y precios) pueden solventar el asunto. Nos ahorraremos dinero y dejaremos de ser una fábrica de plástico.
4.En la oficina, tu propia taza o tu propia botella
Si aún no lo haces, es el momento de llevarte al trabajo tu propia taza de cerámica, botella de cristal o fiambrera metálica para tu bebida y comida. Duran para siempre, tenemos la seguridad de que son personales y evitan cientos de residuos al año.
5.Para el perro, papel de periódico en vez de bolsitas
Si sumas el número de bolsitas de plástico recoge-excrementos que gastas cada día o semana y lo multiplicas por todo el año, obtendrás una cifra astronómica de plásticos que han salido de tu mano. Puedes ahorrar ese residuo: recicla papel de periódico para ese fin, o cualquier papel ya usado. Incluso es preferible papel higiénico. Todo menos plástico. También este papel es apto para sustituir a los empapadores que venden en las tiendas, hechos también de plástico.
6.Jabón de pastilla en vez de dispensador de plástico
Los envases de jabón líquido para las manos suelen ser de plástico y al terminar uno, compramos otro, generando más residuos innecesarios. La solución: pastillas de jabón de toda la vida (con envoltorio de papel, no de plástico). También hay marcas de champú sólido bastante aceptables.
7.Maquinillas de afeitar desechables, no
Para afeitarse, o bien se recurre a una maquinilla eléctrica o bien a las manuales de de toda la vida, en las que se cambia la cuchilla cuando ésta se ha desgastado.
8.Cepillos de dientes de madera
Al cabo del año gastamos una cierta cantidad de cepillos de dientes, otro residuo evitable. En casi todos los supermercados hay ya varias marcas de cepillos de madera que cumplen su función de forma igualmente satisfactoria y no contaminan tanto al terminar su uso.
9.Café sí, pero no en cápsulas
Las cápsulas de café son otro caso típico de plástico desechable de un solo uso. Aunque hay marcas que ya no utilizan el plástico, asegúrate de que no conviertes tu placer en un foco de contaminación. La cafetera italiana de toda la vida no contamina tanto.
10.Reutiliza botes de cristal para guardar cosas
Sobre todo en la cocina, conviene guardar algunos botes de cristal de varios tamaños que podremos usar en el momento menos pensado, en vez de acudir a la tienda de los chinos a comprar tres o cuatro envases de plástico más. Nuestros recipientes reciclados (no solo cristal, también aluminio o acero inoxidable) pueden contener una gran variedad de productos, tanto sólidos como líquidos y son casi eternos.
La lista puede ser más larga, evidentemente. Pero estos consejos que acabamos de darte son relativamente fáciles de aplicar. A partir de ahí, entra en funcionamiento el sentido común y la responsabilidad de cada uno.
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