El devastador terremoto que ha azotado Turquía y Siria ha vuelto a poner de moda la palabra "triboluminiscencia". Este exótico término se refiere a las luces similares a las auroras boreales que se pueden ver en el cielo de las zonas afectadas unos instantes antes de que se produzca el temblor.
No suelen durar ni un segundo y tampoco pueden verse en todos los movimientos sísmicos, sino en una ínfima parte de los mismos, normalmente los de magnitudes importantes y que suceden por la noche.
El experto Nahúm Méndez, natural de Rojales y más conocido en las redes sociales como "Un Geólogo en Apuros", explicó en un vídeo de su cuenta de TikTok este curioso fenómeno cuando tuvo lugar el seísmo en México.
La triboluminiscencia es un fenómeno óptico que se produce cuando se someten determinados materiales a procesos de trituración, tensión o agitación.
Sin embargo, las luces que algunos ven o graban segundos antes de producirse un fuerte terremoto en realidad son chispazos ocurridos por los fallos en generadores, transformadores o el mismo tendido eléctrico.
Méndez precisa que eso no significa que la triboluminiscencia no ocurra, si bien la mayoría de los resplandores vistos antes o durante los terremotos tienen una explicación mucho más prosaica. Los animales, como el caso de los gatos, parece que tienen más sensibilidad a la hora de "predecir" los temblores.
Las ondas sísmicas llegaron a Alicante

El Geólogo en Apuros también reseñaba este lunes en Twitter la llegada de las ondas sísmicas de una réplica del terremoto a una estación situada en la localidad alicantina de Daya Vieja.
Y es que todos los sismómetros del mundo han registrado el terremoto de Turquía.