Investigación

¿Por qué es importante salvar también a los parásitos?

El calentamiento del océano está provocando una disminución de especies que cumplen funciones ecológicas críticas

Ejemplar de pescado que inspeccionado en busca de parásitos.

Ejemplar de pescado que inspeccionado en busca de parásitos. / Katherine Maslenikov / Museo UW Burke

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Los parásitos influyen en los ecosistemas, tanto para bien (or ejemplo, facilitan el flujo de energía a través de las redes alimentarias) como para mal (por ejemplo, comprometen el estado de conservación de las especies huésped). Una investigación de la Universidad de Washington (UW) muestra que los parásitos de los peces se desplomaron entre 1880 y 2019 debido al calentamiento de las aguas. Y concluye que eso no es bueno, porque la mayoría cumple funciones ecológicas críticas, como prevenir la sobrepoblación de vida silvestre.

El estudio, publicado en las ‘Actas de la Academia Nacional de Ciencias, supone el mayor conjunto de datos del mundo sobre la abundancia de parásitos en la vida silvestre,. La principal conclusión es que los parásitos son "especialmente vulnerables a un clima cambiante".

"La mayoría de la gente piensa que el cambio climático hará que los parásitos prosperen, que veremos un aumento en los brotes de parásitos a medida que el mundo se calienta", señala la autora principal Chelsea Wood, profesora Ciencias Acuáticas y Pesqueras de la UW.

Gusanos monogéneos (Microcotyle sebastis) disecados de las branquias de un pez de roca cobrizo conservado en el Museo Burke de la Universidad de Washington.

Gusanos monogéneos (Microcotyle sebastis) disecados de las branquias de un pez de roca cobrizo conservado en el Museo Burke de la Universidad de Washington. / Katie Leslie / Universidad de Washington

"Para algunas especies de parásitos, eso puede ser cierto, pero como dependen de los anfitriones, son particularmente vulnerables en un mundo que se está calentando", añade. Entre los más afectados figuran los que dependen de varios huéspedes.

Para los parásitos que dependen de tres o más especies huésped durante su ciclo de vida, incluida más de la mitad de las especies de parásitos identificadas en los peces del estudio, en el análisis de especímenes de peces históricos mostró una disminución promedio del 11% por década en abundancia. Así, de diez especies de parásitos que habían desaparecido por completo en 1980, nueve dependían de tres o más huéspedes.

Preocupante para los ecosistemas

"Nuestros resultados muestran que los parásitos con una o dos especies de huéspedes los parásitos se mantuvieron bastante estables, pero con tres o más huéspedes colapsaron", apunta Wood. "El grado de disminución fue severo. Si esto ocurriera en los tipos de especies que le importan a la gente, como los mamíferos o las aves, desencadenaría una acción de conservación", destaca.

Aunque los parásitos inspiran miedo o repugnancia, especialmente para las personas que los asocian con enfermedades propias, de sus hijos o de sus mascotas, el resultado supone "una noticia preocupante para los ecosistemas", dijo Wood.

"Lo que sí sabemos es que los parásitos de ciclo de vida complejo desempeñan un papel importante en impulsar la energía a través de las redes alimentarias y en el apoyo a los principales depredadores", apunta Wood, que fue también una de las autoras de un informe en 2020 que presentó un plan de conservación de parásitos.

Pez de roca cobrizo (Sebastes caurinus) recolectado en 1964 en Puget Sound.

Pez de roca cobrizo (Sebastes caurinus) recolectado en 1964 en Puget Sound. / Natalie Mastick / Universidad de Washington

El estudio de Wood es uno de los primeros en utilizar un nuevo método para ‘resucitar’ información sobre poblaciones de parásitos del pasado. Los mamíferos y las aves se conservan con taxidermia, que retiene los parásitos solo en la piel, las plumas o el pelaje. Los especímenes de peces, reptiles y anfibios, por el contrario, se conservan en líquido, que también conserva los parásitos que viven dentro del animal en el momento de su muerte.

Los investigadores tomaron muestras de peces conservados en museos de historia natural y comprobaron los parásitos presentes. Entre los parásitos multicelulares que encontraron estaban artrópodos, incluidos crustáceos, así como lo que Wood describe como "tenias increíblemente hermosas": Trypanorhyncha, cuyas cabezas están armadas con tentáculos cubiertos de ganchos. En total, el equipo contó 17.259 parásitos, de 85 tipos, en 699 ejemplares de peces.

La temperatura del mar, culpable

Para explicar la disminución de parásitos, los autores consideraron tres causas posibles: la abundancia de la especie huésped, los niveles de contaminación y la temperatura en la superficie del océano. La variable que mejor explicó la disminución de los parásitos fue esta última. La temperatura de la superficie del mar aumentó un grado en el área del estudio entre 1950 y 2019.

"Un parásito que requiere múltiples anfitriones es como una delicada máquina de Rube Goldberg" (aparato muy sofisticado que realiza una tarea muy simple de una manera deliberadamente indirecta y elaborada), explica Wood. "La compleja serie de pasos a los que se enfrentan para completar su ciclo de vida los hace vulnerables a las interrupciones en cualquier punto del camino", detallan los autores de la investigación.

"Este estudio demuestra que se han producido importantes disminuciones de parásitos en Puget Sound. Si esto puede pasar desapercibido en un ecosistema tan bien estudiado como este, ¿dónde más podría estar sucediendo?", se pregunta Wood. Los autores temen que sea generalizado en el planeta.

Especímenes de arenque del Pacífico (Clupea pallasii) en un estante de la colección de peces del Museo Burke.

Especímenes de arenque del Pacífico (Clupea pallasii) en un estante de la colección de peces del Museo Burke. / Katherine Maslenikov / Museo UW Burke

"Espero que nuestro trabajo inspire a otros ecologistas a pensar en sus propios ecosistemas focales, identificar los especímenes de museo correctos y ver si estas tendencias son exclusivas de Puget Sound o algo que también está ocurriendo en otros lugares", señala.

"Nuestro resultado llama la atención sobre el hecho de que las especies parásitas podrían estar en peligro real", agrega Wood. "Y eso podría significar algo malo para el ser humano, no solo habría menos gusanos, sino menos servicios ecosistémicos impulsados por parásitos de los que hemos llegado a depender", concluye.

Estudio de referencia: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2211903120