Flora

¿Cómo hacen frente los árboles a las heladas tardías de primavera?

Las diferentes estrategias de varias especies para afrontar eventos acentuados por el cambio climático

Arboles frutales afectados por una helada tardía de primavera

Arboles frutales afectados por una helada tardía de primavera / JARC

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El cambio climático está afectando de manera evidente a los árboles caducifolios: provoca que las hojas florezcan antes. Pero el riesgo de heladas primaverales tardías sigue siendo alto y la frecuencia de sequías extremas está aumentando. Las especies de árboles capaces de recuperarse rápidamente después del daño por heladas pueden beneficiarse en el futuro y afrontar en mejores condiciones el calentamiento global, según muestra un estudio del Instituto Federal Suizo para la Investigación Forestal, de la Nieve y del Paisaje WSL.

Las heladas primaverales tardías siempre han sido un riesgo para los árboles de hoja caduca. Especialmente si se producen cuando están saliendo hojas nuevas, ya que es la etapa más sensible a los cambios de temperatura y, en especial, a las heladas.

"Aunque se habla mucho sobre el daño por heladas, no está claro cuánto afecta a nuestros árboles", señala Frederik Baumgarten, uno de los investigadores. Tampoco está claro por qué algunos árboles pierden sus hojas antes de tiempo a pesar del riesgo de heladas y menos aún cómo el cambio climático podría influir en esa circunstancia en el futuro. Eso es lo que Baumgarten y sus colegas se propusieron averiguar.

Para ello, realizaron un experimento al aire libre. Plantaron en macetas 960 árboles de dos años de edad de cuatro especies autóctonas: cerezo silvestre (Prunus avium), roble (Quercus robur), carpe (Carpinus betulus) y haya (Fagus sylvatica).

Las heladas tardías ponen en peligro la supervivencia de los árboles de hoja caduca.

Las heladas tardías ponen en peligro la supervivencia de los árboles de hoja caduca. / pixabay

A intervalos semanales, Baumgarten los colocó en una cámara de calor durante unos días para simular un período primaveral y hacer que florecieran en diferentes momentos, un poco antes o un poco más tarde que los árboles de control que se dejaron en condiciones naturales.

La resistencia de cerezos y robles

Poco después de que empezaran a brotar las hojas, el investigador provocó un evento de helada artificial en una cámara fría con dos intensidades diferentes, lo que provocó la muerte de las hojas. Luego trasplantó todos los árboles al exterior y supervisó su recuperación durante un año.

Los árboles que echaron hojas más tarde se vieron más afectados por la helada artificial. Incluso sin ningún tratamiento de heladas, su desarrollo y crecimiento se retrasó con respecto a los que florecieron antes. "En un bosque, esos ejemplares no podrían competir con otros individuos y especies", recoge el informe.

Los ejemplares que echaron horas unos días antes ganaron más biomasa, pero algunas especies experimentaron ataques de pulgones. Esto muestra, según los autores del estudio, que el momento óptimo para la aparición de las hojas en primavera se ha establecido durante la evolución entre estos dos límites para cada especie de árbol.

El daño por heladas debilita los árboles, pero el experimento demostró que las heladas no son un problema igual de importante para todas las especies. "Me sorprendió lo bien que algunas especies pueden recuperarse del daño por heladas", apunta Baumgarten.

Es cierto que todos los árboles que se congelaron crecieron menos rápido que los no congelados, pero en el caso de los cerezos silvestres y los robles se observaron buenas estrategias para hacer frente a las heladas.

Hojas jóvenes de haya dañadas, unos días después de una fuerte helada.

Hojas jóvenes de haya dañadas, unos días después de una fuerte helada. / Christof Bigler / ETH Zúrich

Los cerezos silvestres formaron nuevos brotes, y los robles, muchas yemas de reserva que pudieron abrirse rápidamente cuando murieron las primeras hojas. La mortalidad fue insignificante en estas dos especies.

Por el contrario, el 32% de los carpes no sobrevivieron a la helada. Las hayas también se vieron muy afectadas: la mortalidad se situó en el 12%. Los supervivientes formaron hojas más pequeñas y su copa acabó siendo más delgada de lo habitual. 

El peligro de las ‘falsas primaveras’

La capacidad de recuperarse de las heladas permite que especies como el roble y el cerezo silvestre desarrollen hojas más temprano en el año a pesar del riesgo de heladas, según ha mostrado el estudio.

El cambio climático podría hacer que esta capacidad sea más importante aún en el futuro. "A menudo hace más calor a principios de año y algunos árboles de hoja caduca echan hojas significativamente antes en la actualidad, lo que da como resultado las ‘falsas primaveras’", que suponen un peligro para algunas especies, apuntan los autores.

El riesgo de eventos extremos, como las heladas tardías, seguirá siendo al menos igual de alto a partir de ahora, auguran los científicos. "Esto significa que las especies tolerantes a las heladas podrán defenderse mejor que las especies sensibles a esos eventos en el futuro, especialmente cuando ocurra otro estrés durante el mismo año, como una sequía extrema", reseñan los investigadores.

Esto podría cambiar los bosques a largo plazo. "Con el tiempo, podría establecerse una nueva comunidad de especies mejor adaptada a las heladas", indica Baumgarten. Los resultados del experimento se publicaron en la revista ‘Functional Ecology’.

Imagen tomada a finales de junio de unas hayas afectadas un mes antes por una helada.

Imagen tomada a finales de junio de unas hayas afectadas un mes antes por una helada. / Frederik Baumgarten

Las heladas provocan en los vegetales el debilitamiento de la actividad funcional, al reducirse las acciones enzimáticas, la intensidad respiratoria, la actividad fotosintética y la velocidad de absorción del agua. Existe asimismo un desplazamiento de los equilibrios biológicos: se frenan la respiración, la fotosíntesis, la transpiración, la absorción de agua y la circulación ascendente.

Finalmente se registra la muerte celular y la destrucción de los tejidos. Los estados fenológicos más vulnerables al frío son la floración y el cuajado de frutos.

Informe de referencia: https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1365-2435.14243

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