Ecosistemas

La 'milagrosa' recuperación ecológica del mayor lago alpino de Estados Unidos

El Tahoe empieza a mostrar su tradicional color azul cobalto, que había perdido en los últimos decenios

El lago Tahoe, en Estados Unidos.

El lago Tahoe, en Estados Unidos. / pixabay

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Fue durante siglos uno de los lagos con las aguas más claras del mundo, pero el cambio climático y los incendios forestales lo enturbiaron. Desde hace unos años, el Tahoe, el lago alpino más grande de los Estados Unidos, con casi 500 kilómetros cuadrados de extensión y 35 kilómetros de longitud, está recuperando claridad. Empieza a mostrar el color azul cobalto de siempre. Los científicos tienen claro el porqué.

Un equipo de la Universidad de California en Davis ha estudiado a fondo el proceso y ha concluido que el ‘culpable’ de la mejora es el zooplancton nativo, especialmente el perteneciente a las especies de Daphnia y Bosmina, crustáceos minúsculos conocidos popularmente como pulgas de agua.

En la última mitad del año pasado, el lago Tahoe, situado en la frontera entre Nevada y California, presentó una transparencia que no se había visto desde la década de los ochenta del siglo pasado. La visibilidad desde la superficie alcanzó hasta casi 22 metros de profundidad, 14 menos que los resultados recogidos en 1969, un año después de que comenzaran las mediciones, pero la mejor en 40 años.

El peor registro llegó en 2017, cuando el disco blanco de 25,4 metros de diámetro utilizado para las mediciones solo se pudo ver hasta 18,4 metros de profundidad. La pérdida de claridad del lago alarmó a los grupos ambientalistas, a los científicos, a los empresarios turísticos y a las autoridades.

Las aguas del Tahoe presentaron el mayor grado de turbidez en 2017.

Las aguas del Tahoe presentaron el mayor grado de turbidez en 2017. / UCDavis

Entre las causas de aquella turbidez, el cambio climático y las fuertes lluvias del invierno de 2016-17, que arrastraron enormes cantidades de arena y lodo (12.000 toneladas de sedimentos, según algunos estudios) que se habían acumulado durante la sequía de cinco años registrada en la zona. Todo ello convirtió al Tahoe en un lago de color verduzco, invadido por el fango, las algas y el limo.

Un intento desesperado

En los últimos años, hubo múltiples intentos de ‘aclarar’ las aguas del Tahoe. Al comprobar que las plantas de tratamiento no funcionaban, se habilitaron colectores para sacar las aguas negras fuera de la cuenca. Era un intento desesperado por salvar el lago. Y funcionó. Entre otras razones, porque a partir de ese momento, la población de zooplancton empezó a crecer, y el color del agua, a mejorar.

El zooplancton nativo, integrado por animales pequeños y microscópicos, se ha convertido en un "equipo de limpieza natural que ayuda a restaurar las famosas aguas azules del lago", ya que se alimenta de las partículas que lo enturbian, señalan los investigadores.

Desde la década de 1960, las poblaciones de zooplancton del lago Tahoe habían disminuido debido al crecimiento de su principal depredador, el camarón Mysis. Las poblaciones de Daphnia y Bosmina cayeron a niveles peligrosamente bajos a lo largo de los años, alcanzando un mínimo histórico en 2021, cuando se observó el segundo peor registro en cuanto a claridad: poco más de 18 metros.

Uno de los campos de golf que rodean al lago Tahoe.

Uno de los campos de golf que rodean al lago Tahoe. / pixabay

Los niveles de partículas en el lago también alcanzaron un récord en 2021, debido sobre todo a los incendios forestales. Todo empezó a mejorar desde entonces.

Los investigadores están convencidos de que el impacto de Daphnia y Bosmina en el lago Tahoe crecerá durante este año y los siguientes, lo que haría que la claridad vuelva a los niveles de antaño. Ese es el objetivo de los científicos: devolver la claridad del lago, si es posible, a los 36,3 metros de 1969.

El camino será largo y complicado, pero se hace "necesario", señalan los autores del estudio, que destacan que la claridad de las aguas del Tahoe es el mejor indicador de la salud ambiental de su cuenca, que suma unos 800 kilómetros cuadrados.

Gasto millonario

El peligro para el Tahoe seguirán siendo las poblaciones de Mysis. De hecho, los autores del estudio creen que la especie se recuperará y pondrá en riesgo el zooplancton, lo que significa que tal vez se haga necesario "implementar medidas de control de la población para preservar la claridad del lago", advirtieron.

Aunque las mediciones comenzaron hace 55 años, los problemas en el Tahoe habían comenzado mucho antes. El desarrollismo registrado en la década de los años veinte del siglo XX fue el comienzo de una etapa de pérdida de calidad de las aguas y de claridad que se aceleró en la de los cincuenta.

Tahoe perdió buena parte de su transparencia debido a la erosión provocada por la construcción, los fertilizantes de los campos de golf, la pérdida de humedales que filtran contaminantes y otras alteraciones provocadas por el ser humano.

En lo que va de siglo, los gobiernos estatales y federal han gastado cientos de millones de dólares en la restauración de humedales, han endurecido las normas de construcción y han dictado varias leyes intentando detener el deterioro del segundo lago más profundo de los Estados Unidos (501 metros), solo por detrás del lago del Cráter (594 metros).

Otro de los grandes enemigos de la claridad del Tahoe es el cambio climático, que está provocando que se caliente antes de lo que lo ha hecho históricamente, interrumpiendo la mezcla normal de aguas poco profundas y profundas.

"El cambio climático está afectando no solo la calidad del agua del lago, sino también la salud de los bosques cercanos y la economía basada en la recreación", alertaban en 2017 responsables de la Agencia de Planificación Regional de Tahoe. El zooplancton ha vuelto ahora a dar esperanzas a los amantes del mítico lago azul cobalto.

Web de referencia: https://tahoe.ucdavis.edu/

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