El despiste en muchos casos, en otros el egoísmo, y en algunos la ignorancia, hace que algunos conductores se queden en medio de un cruce de calles obstaculizando el paso a los que vienen por la otra calle.

El no bloquear los cruces no es sólo una cuestión de educación, o de civismo, sino que también está regulado.

Dice el artículo 59 del Reglamento General de Circulación entre otras cosas referentes a las intersecciones que «ningún conductor, aunque tenga prioridad de paso, deberá penetrar con su vehículo en una intersección si la situación de la circulación es tal que, previsiblemente, pueda quedar detenido de forma que impida u obstruya la circulación transversal».

Y es que, si la calle lleva un tráfico denso, hay que estar atento y no quedarse en medio de un cruce. No se adelanta nada, y se dificulta más el tráfico.