La evolución y la revolución van de la mano últimamente en Seat. La marca española transita hacia un mundo electrificado construyendo propuestas de futuro y manteniendo, a su vez, sus iconos más vivos que nunca. Este es el caso del Seat Ibiza, que en su quinta generación afronta este año su última renovación de imagen. La próxima llegada de un modelo 100% eléctrico en el segmento B que se produciría (si no se tuercen las cosas) en Martorell hará que la historia del Ibiza como tal llegue a su fin. Por ello, cobra especial importancia esta última entrega del utilitario, llamado a ser una de las grandes estrellas de la historia de la marca española.

Y si nos ponemos a tocar el Ibiza, mejor hacerlo también con su hermano B-SUV, el Arona. Aquel modelo que en su primer prototipo llegó a llamarse Niza, también experimenta este año un cambio de imagen para seguir avanzando en el mercado. De hecho, esta evolución a SUV del icono Ibiza ya ha superado en ventas a la propuesta tradicional compacta y el pasado mes de marzo se convirtió en el segundo modelo más vendido de la marca por detrás del ya consolidado Seat León.

El nuevo Seat Ibiza, que recordemos fue el segundo modelo más votado en la elección del Car Of The Year de 2018, ofrece un cambio estético en el frontal que recibe el nuevo logo de Seat (ahora en acabado mate) y una rejilla rediseñada, con grupos ópticos led de serie en toda la gama.

Por detrás incorpora el nombre centrado y con estilo de caligrafía manuscrita (como ya sucedía con Ateca, León y Tarraco), luces led y también presenta tres nuevos modelos de llanta.

Un Arona 'diferente'

El Arona, por su parte, recibe una propuesta más atrevida con el acabado Xperience (nuevo) que le da un aspecto un poco más campero. Este tipo de variante, estrenada casi a la par de la llegada del Ateca por el Seat Léon, ofrece una imagen más robusta que viene definida por la colocación de las ópticas antiniebla en la parte superior del paragolpes, justo por debajo de las ópticas y flanqueando la parrilla. Son un elemento opcional.

También son nuevos el difusor delantero y la parte baja del paragolpes que en el Xperience son cromadas en mate. También estrena el logo mate de Seat y el nombre en caligrafía manuscrita.

Tiene un perfil musculado por tres líneas de blisters. El techo puede ser bicolor, como hasta ahora, pero añade una opción más en blanco. La parte posterior también se ha rediseñado con un alerón y un difusor de nuevo estilo. Las dimensiones siguen siendo las mismas. En cuanto a colores estrenan tres novedades, dos azules y un Dark Camouflage (el mismo que lleva Tarraco).

Revolución interior

Por dentro ambos reciben una revolución en cuanto a equipamiento, diseño y materiales. Tanto Ibiza como Arona estrenan salpicadero. El volante es nuevo, más grueso y con una parte plana en la parte inferior. La parte superior de la consola está equipada con un material más mullido, mientras que la parte inferior tiene otro estilo y tono de color.

También se añade diseño en las salidas de aire laterales y central, enmarcadas en color y que en la versión tope de gama se retroiluminan. La pantalla ya no está en el centro del salpicadero, sino en posición flotante, más elevada y, por lo tanto, más fácil de consultar. Además, ha crecido. Ahora mide 8,25 pulgadas de diagonal, pero, opcionalmente, puede pasar a ser de 9,2 pulgadas. Desde allí se pueden manejar ‘casi’ todos los elementos del vehículo.

Es una pantalla flotante desde la que se pueden controlar casi todos los elementos del sistema. Decimos casi todos porque, afortunadamente y pese a que digan que es cuestión de acostumbrarse, el sistema de climatización es convencional, con botones, en la parte inferior. Lo de dejarlo todo a la pantalla multifunción de los León y Ateca no es que despierte muchos fans. Esta pantalla central se complementa con la de la instrumentación digital, que ya estaba disponible en ambos modelos, pero que ahora crece hasta las 10,25 pulgadas.

Conectividad y motores

Tanto Arona como Ibiza disponen de sistema de conexión Full-Link inalámbrico para los dispositivos del vehículo, lo que unido a la aplicación Seat Connect hacen que se consiga una mayor interconectividad entre conductor y sistema. También añaden otros elementos de equipamiento como la lectura de señales de tráfico, asistencia de luces de carretera. El Ibiza incorpora asistente lateral de dirección y en el Arona se monta una versión mejorada del mismo ya que estaba incluido en el equipamiento actual.

Los nuevos Ibiza y Arona empezarán a venderse en agosto, con una gama de motores de gasolina y Gas Natural. Eliminados los diésel, se mantienen el motor básico de 1.0 litros atmosférico de 80 CV con cambio de cinco marchas (solo está disponible para el Ibiza). Luego hay otros dos 1.0, ambos turboalimentados, uno de 95 CV con cambio manual de cinco marchas y otro de 110 CV con cambio manual de seis marchas o DSG de 7. Este último cambio es la única opción para el tope de gama, el 1.5 de cuatro cilindros de 150 CV. El motor de gas, también de un litro, rinde 90 CV y está acoplado a un cambio manual de seis marchas.