Wallbox, una compañía catalana dedicada a la producción y comercialización de cargadores para coches eléctricos, cotizará en la bolsa de Nueva York (NYSE) a partir del tercer trimestre de 2021. La operación de salida al mercado norteamericano se producirá a partir de la combinación de la catalana con Kensington Capital Acquisition Corp. II, un vehículo de inversión con propósito especial de compra. Esta unión permitirá a la catalana convertirse en una sociedad cotizada.

De esta operación resultará una compañía que se llamará Wallbox que cotizará bajo el código "WBX" y tendrá un valor total de 1.500 millones de dólares (1.230 millones de euros) aproximadamente, por lo que además se convertirá en el cuarto "unicornio" (empresas emergentes valoradas en más de 1.000 millones de euros) español, estatus que compartirá con GlovoIdealista y Cabify. Los consejos de administración de ambas partes ya han aprobado esta unión, que ahora deben aceptar los accionistas de Kensington.

Con el toque de campana, Wallbox obtendrá 330 millones de dólares, 271 millones de euros, de financiación, entre los que figuran 100 millones procedentes de una inversión privada realizada por Janus Henderson Investors, Luxor Capital, Cathay Innovation y Kensington Capital Partners. La operación ha contado con la asesoría de legal de Hughes Hubbard & Reed LLP, Cuatrecases, Conçalves Pereira, S.L.P. y Houthoff y con la asesoría financiera de Kensington y UBS Investent Bank. UBS y Barclays se encargaron de colocar la oferta de inversión privada.

Wallbox, de idea a "unicornio" en seis años

Wallbox nació en 2015, el momento perfecto para apostar por la movilidad eléctrica. Todavía no había una competencia feroz, puesto que solo Tesla trabajaba entonces los vehículos eléctricos, más allá de los experimentos de otras automovilísticas con prototipos. Tampoco era demasiado pronto, ya que la movilidad eléctrica se posicionaba como la solución más aceptada tanto por el sector de la automoción como por administraciones y empresas.

Enric Asunción, consejero delegado y fundador de Wallbox, trabajó en Tesla antes de fundar su empresa y vio la necesidad de desarrollar soluciones de carga para el ámbito doméstico, una carga inteligente que se adaptara a la baja potencia de las instalaciones eléctricas de los hogares. Desde entonces han llegado productos como el Pulsar Plus, el Commander 2 y el Copper SB, cargadores de corriente alterna de nivel dos para casas y empresas. Sus últimos productos lanzados han sido el Supernova, su entrada en la carga rápida, un cargador de corriente continua para su instalación en puntos públicos, y el Quasar, que permite la carga del vehículo o el uso de la energía almacenada en el mismo para alimentar una casa o devolver energía a la red.

A principios de año, tras cerrar 2020 triplicando las ventas pese al Covid-19, cerró una ronda de financiación de 33 millones de euros para su expansión comercial, con el objetivo puesto, precisamente, en Estados Unidos; para mejorar su capacidad productiva ante el lanzamiento del Supernova, que ya cuenta con un pedido de 1.000 unidades desde Iberdrola, el mayor inversor institucional de Wallbox; y para el desarrollo de nuevos productos que lanzarán próximamente.

Wallbox tiene presencia en 67 países y dispone de oficinas en tres continentes. Ya ha vendido más de 100.000 unidades de sus cargadores desde su nacimiento a mediados de la pasada década. La compañía catalana fabrica en España y China, y espera poder empezar a ensamblar productos en Estados Unidos próximamente.