El Mercedes-Benz Clase C es uno de los firmes candidatos a hacerse con el Premio Coche del Año de los Lectores de Prensa Ibérica, ya que la en su sexta generación se acerca más que nunca al soberbio Clase S. Tanto es así, que el modelo más vendido de la firma de la estrella es calificado por la propia marca como ‘el pequeño Clase S’, en referencia su sofisticación y carga tecnológica. Con esta carta de presentación se podría pensar que el Mercedes lo tiene fácil para llevarse el galardón, pero lo cierto es que lo va a tener bastante complicado, ya que se mide a otros modelos tan exitosos como el Skoda Fabia, DS 4Peugeot 308Toyota Yaris Cross y Hyundai Ioniq 5.

El primer aspecto en el que podría asemejarse al buque insignia es que crece en busca de unas mayores dimensiones que le permitan ofrecer un habitáculo más amplio y una elevada capacidad de carga. Ahora llega hasta los 4.751 mm de longitud, lo que supone 65 mm más en el caso de la berlina y 49 mm en la carrocería Estate, respecto a su predecesor. Y es que este modelo se encuentra disponible con ambas carrocerías desde su lanzamiento. También crece en anchura, pero reduce su altura, pera ofrecer un aspecto más deportivo y mejorar su estabilidad.

Sus elevadas dimensiones le permiten disfrutar de un maletero con 455 litros de capacidad en la versión berlina y 490 en la Estate. Pero si en algo se deja notar su mayor longitud es en el espacio para la cabina, con el finde brindar un habitáculo diáfano en el que poder albergar todos los elementos necesarios para ofrecer un confort digno de un Clase S.

Es en el interior es donde más ha evolucionado este coche, hasta el punto de ser casi un calco del soberbio Clase S, lo que sin duda le ha servido para estar entre los coches favoritos de los lectores de Prensa Ibérica. De este hereda directamente elementos como el volante o la disposición de las pantallas, contando con una central en posición vertical a modo de tablet de 11,9 pulgadas, y otra frente al conductor de 12,3 pulgadas, que hace las veces de instrumentación, con una configuración completamente digital y configurable. El sistema operativo del Clase C se basa en la tecnología MBUX de segunda generación que posee un 50% más de velocidad de procesamiento que la anterior.

Máxima seguridad para los ocupantes del Clase C

Pero la tecnología no sólo se destina al confort, el infoentretenimiento y la conectividad, sino que también cuenta con los últimos avances en seguridad de Mercedes-Benz. Ponerse a enumerar los infinitos sistemas que ofrece el Clase C sería interminable, así que resumiremos diciendo que este modelo es un auténtico ángel de la guarda, ya que detecta cualquier imprevisto de nuestro alrededor para evitar hacer daño y que nos hagan daño, ya sea esquivando, frenando o preparándose para una colisión inminente en el peor de los casos. Para ello utiliza una incontable de cámaras, radares y sensores, que entro otras curiosidades le permiten mostrar en la pantalla los pasos de cebra cuando nos detenemos en un semáforo para que no atropellemos por accidente a un peatón debido a un ángulo muerto, así como también aparcar por sí mismo en huecos muy estrechos y en un tiempo récord.

Este modelo monta la opción de los faros matriciales Digital Light, que además de una capacidad lumínica extraordinaria, son capaces de oscurecen zonas determinadas para no deslumbrar a otros usuarios, así como atenuar el haz de luz al iluminar los paneles. Otras funciones curiosas de este sistema, es que puede advertir a los peatones que corren el peligro de poder ser atropellados con una ráfaga de luz, así como proyectar avisos sobre la carretera si más adelante hay un accidente, obras o cualquier otro imprevisto, si bien esta tecnología todavía tardará en llegar.

Todos los motores del Clase C llevan al menos la etiqueta ECO

En el apartado mecánico, lo más destacable es la electrificación de la gama de propulsores del Mercedes-Benz Clase C, para ofrecer en todas sus versiones al menos la etiqueta ECO de la DGT. Para ello, tanto los motores gasolina como diésel cuentan con el apoyo de una microhibridación que les es permite serlo suficientemente eficientes como para lucir este distintivo, además de disfrutar de unos 20 CV de potencia extra gracias al modo Boost.

En gasolina se comercializa un motor de 1.5 litros disponible en dos niveles de potencia, 170 CV y 204 CV correspondientes a las versiones C 180 y C 200, y propulsor de 2.0 litros con 258 CV en la variante C300. En diésel se dispone de un motor 2.0 con, 163, 200 ó 265 CV correspondientes a las versiones C 200 d, C220 d y C 300d. En todos los casos, la transmisión, de serie, será automática de nueve relaciones, y en las variantes C 200, C 300 y C 220 d se puede optar por la tracción integral 4Matic. Pronto llegarán además versiones híbridas enchufables con unos 100 km de autonomía tanto en motores gasolina como diésel.

Todos los motores trabajan sin emitir apenas ruido ni vibraciones. La potencia es mucho más que suficiente para cualquier circunstancia: ya sea para afrontar largos viajes sin preocuparse en ningún momento de adelantamientos o puertos de montaña, como para moverse ágilmente en la ciudad. En este último contexto se agradece especialmente el sistema microhíbrido, ya que activa los motores de forma instantánea y sin traqueteos, además de apoyar con la tecnología ‘boost’ las salidas desde parado para ser más reactivo.

El cambio de marchas automático es extraordinario, porque no se oye, no se nota y responde con la suficiente rapidez incluso cuando se le exige, aunque no podría considerarse un sistema deportivo.

Confort de alta gama

Por lo que respecta al comportamiento, es un coche que se siente de alta gama desde un primer momento. Y es que la suavidad, la insonorización y la calidad de rodadura que ofrece, se acompaña de estabilidad y un confort para recorrer kilómetros disfrutando del viaje y sin sentir sensación de fatiga.

En su manejo prima por encima de todo el confort, de modo que todo llega demasiado filtrado al conductor, quien ni a través de la dirección ni de la amortiguación percibe la información de la carretera. Una sensación de flotabilidad que extrañamente contrasta con la gran estabilidad que ofrece el vehículo incluso en los virajes más comprometidos. Es decir, que aunque no lo sientas, el coche se agarra muchísimo a la carretera. Por ello no es un coche para divertirse en tramos de curvas sino para devorar kilómetros en autopista.

Disponer de toda la sofisticación de un coche de referencia a nivel tecnológico como es el Mercedes-Benz Clase S, en un segmento medio es sin duda la mayor ventaja del Clase C respecto a sus rivales en esta final del Premio Coche del Año de los Lectores de Prensa Ibérica.