Con el atractivo de un techo de lona

Un descapotable es el sueño de la mayoría de los conductores, sin embargo no hay muchas opciones en el mercado, pero los fabricantes premium suelen tener alguna unidad en su gama. Nosotros hemos probado el BMW Serie 4 Cabrio.

El diseño frontal está presidido por la parrilla con los grandes riñones, en contraste con los discretos y estrechos faros delanteros con tecnología Full LED de serie. En la trasera también llaman la atención los pilotos que se extienden hacia los flancos para elevar la sensación de anchura, y cuentan además con un tintado oscurecido para fusionarlos todavía más con la carrocería. Pero sin duda es la vista lateral la más característica de este BMW Serie 4 Cabrio, sobre todo cuando está sin capota.

Aire clásico. Y es que el BMW Serie 4 Cabrio lleva una capota de lona que le aporta ese aire clásico que tanto se demanda en los descapotables, permite ahorrar peso y espacio en un maletero de 300 litros ampliables a 385 cuando la capota está desplegada. Ésta está compuesta por unos arcos con una ventana trasera de cristal enrasado, varias capas de aislamiento y una cubierta de tela disponible en negro.

Pese a ser de tela, se disfruta en el interior de un buen aislamiento tanto acústico como térmico cuando se encuentra puesta, y gracias al deflector de viento (opcional) el silencio se mantiene cuando se abre el techo, gracias a la ausencia de turbulencias en el interior.

La capota se pliega y se despliega en tan sólo 18 segundos, y la operación se realiza de forma totalmente automática incluso en marcha a velocidades de hasta 50 km/h.

El interior tiene cuatro plazas, y destacan elementos como los asientos deportivos con ajuste eléctrico de serie y cinturones de seguridad que se extienden y retraen automáticamente.

El Serie 4 descapotable cuenta de serie con el sistema BMW Live Cockpit Plus, que ofrece el sistema operativo iDrive con una pantalla de control de 8,8 pulgadas y controlador táctil, un cuadro de instrumentación negro centrado en una pantalla a color de 5,1 pulgadas, además de un sistema multimedia y de navegación, dos puertos USB para la transferencia de datos y una interfaz WiFi. En cuanto a tecnología, cabe destacar que cuenta con el Sistema Operativo BMW 7.0, que entre otras muchas funciones permite compatibilidad total e inalámbrica con Android Auto, Apple CarPlay, y Amazon y su asistente virtual Alexa. De este modo el coche puede estar completamente comunicado con los sistemas de domótica de casa que empleen esta misma plataforma.

Nuestra unidad de pruebas llevaba el acabado M Sport, que destaca por sus amplias entradas de aire delanteras, su llamativo faldón trasero, la suspensión M Sport, las llantas de aleación ligera M de 18 pulgadas, los asientos deportivos tapizados en cuero, las almohadillas para las rodillas de la consola central y otros elementos del interior especialmente diseñados. 

La versión probada, monta un potente motor gasolina de 4 cilindros en línea con 1.998 cc, que desarrolla 245 CV de potencia y 400 Nm de par motor. Con este propulsor y la rapidez del cambio Steptronic de 8 velocidades, el coche es capaz de acelerar de 0 a 100 en 6,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima autolimitada de 250 km/h.

El bajo centro de gravedad, las mejoradas propiedades aerodinámicas y los ajustes específicos en la geometría del chasis, el montaje y la configuración, dan como resultado una agilidad y una precisión excelentes.

Las sensaciones a los mandos de un descapotable son mucho más intensas que a bordo de uno con carrocería cerrada. Por ello las prestaciones se enfatizan todavía más al dejarnos «acariciar» por el viento, y es que con la conducción al aire libre, se obtiene una experiencia extraordinaria para cualquier amante de los automóviles.

Por cierto, el BMW Serie 4 Cabrio está disponible desde 64.300 euros.