Hoy por hoy, ser emprendedor cotiza al alza, está más de moda que nunca. Pero a lo largo de la historia podemos encontrar una serie de protagonistas con mucho ‘garrote’ como diría el gran Martín Berasategui. Sin lugar a dudas, Pere Permanyer es uno de esos ‘grandes emprendedores’, una de las referencias dentro del mundo del motor; y más allá. El relato de su vida es apasionante, una masterclass de IESE, y merece un capítulo a parte.

Pero en este caso en concreto arranca en 1944 cuando inicia la fabricación de motocicletas en los talleres Permanyer de la calle Córcega 408 de Barcelona, una ‘aventura’ que se puede revivir a través de más de 120 de sus creaciones e historia en la exposición ‘Montesa, 75 años de una aventura irrepetible’ en el Museo de la Moto de Basella (Lérida).

El Museu de la Moto de Basella siempre merece una visita. Y volver también. En este caso la excusa es la exposición temporal ‘Montesa, 75 años de una aventura irrepetible. Pero quien mejor que los dos comisarios de la exposición para dar unas pinceladas de lo que el visitante encontrará y porqué venir.

Es la primera vez que se reúnen tantas Montesas juntas, tantos modelos diferentes y especialmente no por los modelos de producción si no porque hemos podido reunir motos de competición y prototipos. El amante de las motos clásicas no acabará defrauda, el montesista evidentemente tampoco pero es que es la oportunidad de ver unos modelos que los conoces de fotografía y ahora los puedes ver en vivo todos juntos.

Y además de todos los modelos puedes ver toda la historia de la marca y parte del motociclismo español”. No son palabras de un aficionado, son palabras de Santi Ruiz, uno de los dos comisarios de la exposición donde su verbo sienta cátedra.

El otro ‘catedrático’ en Montesa es Josep ‘Pep’ Itchart y aporta otro aliciente para visitar la exposición: “Además también es una exposición atractiva para todos aquellos que sienta curiosidad por el entramado empresarial catalán durante una época es una visita obligada te gusten o no te gusten las motos”.

Y es que además viniendo al Museo uno vive un día completo de moto porque tiene ‘mil’ rutas para llegar y además disfrutar también de la exposición permanente que vale su peso en oro, más si se realiza una visita guiada y explican los entresijos de uno u otro modelo.

La exposición ‘Montesa, 75 años de una aventura irrepetible’ es más que un viaje en el tiempo, es la oportunidad única de ver modelos particulares que se exhiben en público solo para esta ocasión, y modelos que han surgido del anonimato a raíz de esta exposición.

Preguntados los propios comisarios por las ‘joyas’ de la exposición, recomiendan no perderse “la Fura de 1958, que es un prototipo. La Sprint del 1956 y la moto que participó en el TT de Assen en 1948. Y en conjunto todas las Cota que han representado una historia dentro del mundo del Trial a nivel Mundial. A Toni Bou todo el mundo lo conoce pero detrás hay una fábrica que es Montesa”.

A diferencia de la exposición escenificada en el Palau Robert, donde se seguía un modelo cronológico, en Basella se trata de una ruta temática por la historia de Montesa donde también están expuestas piezas únicas como la 250 Bicilíndrica de motor de válvulas rotativas (1966), la popularmente conocida como ‘Uruguay’ (1959) o una Brio refrigerada por agua (1957).

Aunque más cerca le puede quedar a más de uno la Cota 75, la Enduro H6 y la Crono 75. Sin lugar a dudas la mejor excusa para ir al Museu de la Moto de Basella. Eso sí la ruta para llegar, y parte de su atractivo, la hace cada uno a su gusto para disfrutar de un día de moto de lo más redondo. ¡Viva Montesa! Hasta el 31 de diciembre que dura esta exposición temporal.