Mitsubishi, como su rival histórico Subaru, basa su gama en una completa gama SUV formada por el ASX, el más vendido, el Eclipse Cross y el Outlander. También está el pick-up L200 y el compacto Space Star, pero el grueso de sus ventas provienen de los todocaminos, sobe todo del ASX y del Eclipse Cross. Basándose en una excelente capacidad offroad y en una propuesta simple pero efectiva, unida a un concepto de diseño muy particular, la firma de los tres diamantes avanza con paso firme hacia el futuro.

Pero el futuro es electrificación y, a falta de coches 100% eléctricos, ha optado por empezar con la hibridación enchufable. Primero fue el Outlander y, recientemente, llegó el Eclipse Cross PHEV, un vehículo más popular en el mercado. La base es la misma que la del coche de combustión pero lejos de ser una versión más, han retocado el diseño y realizado unos ajustes que mejoran significativamente el conjunto.

Estéticamente es parecido a su homólogo de combustión, pero presenta unos grupos ópticos más finos y una parrilla más elegante en el frontal, que es más afilado. En la zaga está uno de los grandes éxitos de esta versión, la eliminación de la doble luneta trasera separando los faros, que se mantienen junto a la luneta y se extienden hasta el lateral. De perfil mantiene esa línea de cintura ascendente desde el paso de rueda delantero hasta el trasero. Son cambios sutiles pero efectivos que le hacen ganar atractivo. 

El interior se conserva prácticamente intacto y solo se estrena una nueva pantalla de ocho pulgadas y un nuevo sistema de infoentretenimiento que, aunque mejorado, sigue sin ser todo lo intuitivo que podría ser. Por lo demás, mantiene su correcta accesibilidad y su habitabilidad, suficiente para que viajen cuatro adultos altos cómodamente. Su maletero entrega 404 litros de capacidad, que son 45 más que el de combustión pese a su condición de híbrido.

Dinamismo mejorado

Del Eclipse Cross de combustión dijimos que pecaba de excesivo balanceo, de cierto subviraje y de una transmisión, CVT, que no nos convencía. El PHEV se propulsa mediante un motor de gasolina de 2.4 litros de 98 CV y dos motores eléctricos que le confieren una potencia total de 188 CV, asociado al mismo cambio CVT. El Eclipse Cross, como todos los PHEV están pensados para que se cargue su batería, en cuyo caso su aceleración es buena y su recuperación algo lenta pero correcta. Sin batería le cuesta alcanzar velocidades de crucero y su transmisión no ayuda nada. En modo 100% eléctrico puede recorrer alrededor de 45 kilómetros, declara 55 kilómetros de autonomía. En modo híbrido, su consumo se reduce a los dos litros reales, aunque sin batería alcanzará fácil los nueve litros.

En cuanto a su dinamismo, sigue pecando de excesivo balanceo, pero el peso extra le aporta cierto aplomo que evita ese subviraje que notamos en su versión de combustión, por lo que se siente más seguro. Es bastante cómodo, más delante que detrás y, de nuevo, se comporta muy bien fuera del asfalto. Esta variante parte desde los 35.500 euros.