España y Estados Unidos, cada uno con sus armas y con su estilo, son los dos únicos equipos que permanecen invictos en esta Copa del Mundo. Es la final a la que todos apuntan desde el primer día, y muy probablemente la que todos veamos este domingo después de que ambos conjuntos hayan confirmado su supremacía en lo que llevamos de campeonato. Sin embargo, entre uno y otro equipo hay grandes diferencias. Diferencias en la pista, en la rotación o en el propio vestuario. Abismales me atrevería a asegurar pero, sin embargo, me quedo sobre todo con las que derivan del propio juego.

Y es que en estos últimos días me ha llamado mucho la atención como se ensalza la solvencia del juego español, su facilidad a la hora de anotar o incluso la alegría de su juego durante fases muy importantes de cada partido. Algo que entiendo y me parece lógico, pero España es mucho más. Algo que se refleja en un dato que, para la gran mayoría, ha pasado casi desapercibido y que va a constituir una de las principales bazas del equipo de Orenga para ganarle la 'partida' a EEUU. Me refiero al trabajo que realiza el equipo en defensa, lo que les permite luego también crecer en ataque gracias también al poder interior de los hermanos Gasol y Serge Ibaka.

Sin embargo es desde atrás, desde esa labor oscura de intendencia, desde donde el combinado nacional ha dominado a sus rivales hasta la fecha. El grupo ha entendido desde el primer momento que ese era el camino a seguir, que sin sacrificio no había opción al máximo galardón, y eso se ha traducido en una sobresaliente actitud defensiva. La calidad y el talento para jugar en ataque estaban ahí, la ambición también, lo más difícil era lo otro, eso en lo que España es hoy por hoy la mejor del torneo.

No en vano, nuestra selección es el equipo de los clasificados para cuartos de final que menos puntos encaja por encuentro „61,6 de media„. Con un total de 370 puntos encajados en seis partidos, España supera en prestaciones a Brasil (398), Lituania (402) e incluso a su previsible rival en la final, Estados Unidos (408). Curiosamente, el norteamericano es el único combinado que supera a España en anotación (529 puntos anotados por los de Orenga por 597 de los de Mike Krzyewski). La baza de la defensa, por tanto, es la que España deberá seguir perfilando de cara a esa hipotética final en la que saber frenar la producción ofensiva estadounidense puede valer un título mundial. Eso, y que a los árbitros les dé por pitar los pasos de salida de los norteamericanos€ aunque esa ya es otra cuestión.