Cuando dos perros se crea una situación peligrosa para todos. Para ellos porque pueden hacerse mucho daño y para nosotros porque, al intentar separarlos, fácilmente podemos llevarnos un importante mordisco. En estos casos, como siempre, lo primero es mantener la calma. Sería ideal si pudiéramos poner algún obstáculo entre medio de ambos, algún objeto físico que les separara: una mochila, un bolso o, incluso, alguna pieza de ropa como una cazadora o una simple toalla. En cualquier caso, si lo intenta hacer, tenga mucho cuidado porque el peligro siempre existe. Si la pelea se produce en un lugar donde hay una manguera de agua cercana, no lo dude, mójelos con ella. Esto siempre suele funcionar. Otra maniobra complicada pero que suele dar buen resultado es intentar pasar alguna correa por el cuello de ambos y tirar de éstos en sentido contrario.

La verdad es que, como ve, no existen soluciones mágicas una vez que ya se han enganchado en la pelea. Por eso, en estos casos lo mejor es prevenir. Nosotros conocemos mejor que nadie el carácter de nuestro perro y sabemos cuándo, dónde y con qué tipo de perros podemos dejarlo libre. Llevarlo sujeto con una correa no es agradable para nadie pero, muchas veces, es un «salvavidas» que evita este tipo de problemas.