Tras la formación de Gobierno es momento por fin de llevar a la práctica las promesas electorales en materia de protección animal.

En concreto, destacaría cuatro cuestiones: la modificación de una vez por todas de la consideración de los animales en el Código Civil, lo que supone también la modificación de varios preceptos de la Ley Hipotecaria. La consideración de los animales como seres dotados de sensibilidad es una cuestión urgente. No son suficientes los pasos dados hasta el momento, el reconocimiento de su estatus en el Código Civil es prioritario.

Otra cuestión que es necesaria es la aprobación de una Ley marco nacional de protección animal. Se deben establecer unos parámetros mínimos de protección a los animales, que incluyan las obligaciones de sus responsables en cuanto a su cuidado así como derechos, como puede ser que se permita a los mismos viajar en transporte público o entrar en espacios públicos. Esta ley debe establecer una protección amplia a todo tipo de animales, no sólo aquellos que se encuentren bajo el control o cuidado humano.

Igualmente, resulta un tema pendiente el establecimiento de una mayor protección a los animales desde la esfera del derecho penal, incluyendo a los animales salvajes como sujetos del delito de maltrato animal, y endurecimiento de penas por el delito de maltrato animal y abandono de animales.

Finalmente, podemos referirnos a la ansiada reducción del IVA veterinario. Los servicios veterinarios se encuentran gravados con un 21% de IVA, lo que resulta una cantidad excesiva frente a otro tipo de actividades o servicios que poseen un tipo reducido. La protección de la salud de los animales es motivo suficiente para hacer efectiva dicha reducción del tipo impositivo, lo que se traducirá en un mayor control de las enfermedades padecidas por éstos y una mejora de su salud.

Los cuatro puntos destacados son sólo el comienzo de un camino de mejora de los derechos de los animales, que esperemos que sea largo, y no sólo se quede en meras promesas.