Somos «los de los gatos» y hemos llegado para quedarnos. Hoy hablaba con un compañero de trabajo al que han movido a otro centro, donde hay una colonia felina de la que tiene conocimiento por mí. Ha preguntado a sus nuevos compañeros por dicha colonia y le han dicho: «¿No me fastidies que eres otro de "los de los gatos"?». Lo decían porque hace un año hubo obras en el recinto e intentaron que los gatos fuesen a la perrera, y gracias a la presión social se pudo parar, consiguiendo que aceptaran que los gatos estaban allí primero y que los tenían que respetar. Esto sucede en numerosos ocasiones, ya que hay una parte de la población, entre la que se encuentran políticos y funcionarios de la administración, que aún no se han dado cuenta de que en la actualidad los animales tienen derechos, y somos muchísimas las personas que estamos detrás velando por su bienestar. Además, la formación y preparación de los activistas está creciendo notablemente, contando con herramientas muy poderosas que hacen que ganemos cada vez más batallas en este sentido.

En concreto, el mundo de las colonias felinas ha evolucionado muchísimo en los últimos años. Se está empezando a tomar conciencia de la importancia de ello, y eso ha supuesto una modificación legal de cara a proteger y a dotar de derechos a estos maravillosos seres. Animales que hasta ahora habían sido maltratados bajo la más absoluta indiferencia, viviendo en condiciones lamentables.

Ahora tenemos recursos para luchar y no vamos a parar de hacerlo cada vez que alguien, abusando de su poder, intente tocar a algún gato. Porque a partir de ahora, siempre estaremos «los de los gatos» pendientes de que cada felino que vive en la calle conserve su dignidad y no le salga gratis a nadie intentar arrebatársela. Y cada vez que alguien intente prohibir alimentarlos o quieran destruir una colonia, vamos a demostrar que «los de los gatos» tenemos mucha fuerza para impedirlo, y que ellos se van a quedar en su territorio, ya que es su derecho más básico.