La libertad mata a aquellos animales que no la conocen. Los animales salvajes no pueden nacer en una jaula, pasar toda su vida viviendo en ella y, cuando ya no proporcionan beneficio alguno para sus dueños, ser abandonados para que, supuestamente, vivan en libertad. Son animales que ni saben buscar comida, ni saben cómo esconderse de los cazadores furtivos. Sin embargo, estos días hemos conocido cómo, ante la falta de ingresos por el coronavirus, algunos centros de Tailandia han dejado en libertad a sus elefantes. Si de verdad hubieran querido proteger a esos animales debían haber evitado que nacieran y crecieran en una jaula. Abandonarlos ahora no es salvarlos sino condenarlos a mal morir.