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Pensamientos animalistas

Los animales más queridos son los que nadie quiere

Los animales más queridos son los que nadie quiere

El mundo de los animales está lleno de contrastes. Se dan situaciones paradójicas que a nivel psicológico me llaman poderosamente la atención. Una de ellas es que existen animales a los que no quiere nadie, que son víctimas del rechazo y la exclusión social. Esto puede suceder por el hecho de pertenecer a una determinada especie, raza o bien por vivir en la calle. Animales que son indiferentes para la mayoría de la sociedad, que no son contemplados como lo que realmente son, seres sintientes que sufren y aprecian el amor. Son tratados con desprecio, humillados, se encuentran desprotegidos a nivel legal, incluso en ocasiones son víctimas de determinadas prácticas ejercidas por la Administración, que atentan contra su vida y su dignidad.

No obstante, dichos animales a los que apenas nadie quiere, suelen contar con el apoyo incondicional muchas veces de una sola persona, que se ocupa de ellos y de su bienestar. Esa persona es capaz de darles muchísimo más de lo que la mayor parte de los seres humanos podemos llegar a soñar. Hay alguien que les quiere, que les cuida, que se preocupa día y noche por ellos pensando en cómo estarán. Hay alguien que está a su lado y que dispone del amor más infinito que se puede entregar. Por ello, paradójicamente nos encontramos con animales a los que nadie quiere y sin embargo, probablemente sean los seres más queridos del planeta. Porque las personas que ayudan a este tipo de animales, les aman de una manera tan pura, limpia, valiente e intensa, que hace que dicho vínculo se caracterice por la autenticidad de esa relación y que a pesar de no ser queridos por casi nadie, cuenten con el privilegio de tener a alguien que sabe amar de verdad.

Ejemplo de este tipo de animales serían las razas de perros mal llamadas PPP, las colonias felinas o las colonias de aves urbanas. Animales que sufren las consecuencias más duras de la sociedad enferma en la que vivimos, donde imperan la relaciones basadas en el interés y donde existen muy pocas personas que sean capaces de amar sin condición y de saber ver que sólo hay un lenguaje universal y es el del corazón.

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