25.000 osos viven enjaulados. El motivo, como siempre, es el dinero. A cada uno de ellos le extraen en vivo la bilis para, posteriormente, comercializar la misma. Evidentemente, el negocio está servido. Actualmente resulta altamente lucrativo para las empresas que trabajan en China este tipo de explotación. En realidad, pese a que la Organización Mundial de la Salud ha negado su utilidad, las ventas se dispararon a raíz de que las autoridades Chinas recomendaran el uso de dicha bilis como medicamento contra el COVID 19. Una vez más gana la superstición y pierden los animales.