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Si ellos hablaran

El eslabón perdido entre primates y humanos

El eslabón perdido entre primates y humanos

Recientemente, se ha descubierto un primate que vivió hace casi doce millones de años. Lo único que se sabe de él es que podía andar erguido y colgarse de los árboles. Sin embargo, su importancia va mucho más allá.

Hay quien ya lo cita como el famoso eslabón perdido entre el humano y el mono. Bautizado como Danavius Guggenmosi, protagonizó el inicio de lo que se conoce como la bipedestación, o lo que es lo mismo, el momento en el que un animal, por primera vez, dejó de caminar a cuatro patas y comenzó a hacerlo a dos. Se cree que este singular hecho marca el origen del Homo sapiens y nos aleja de otros simios como chimpancés, gorilas o bonobos.

El hallazgo se ha producido en el yacimiento de Pforzen, en Alemania. Allí se han localizado 21 fragmentos óseos de este nuevo animal, formados por partes del fémur, del cúbito y de la tibia. Además, se han encontrado algunas vértebras y distintos huesos de las manos y los pies. Eso ha permitido reconstruir su forma de moverse y caminar.

Sabemos que su peso podría rondar los 25 kilos o, incluso, un poco más. Y, también, que con sus extremidades superiores podía colgarse de las ramas y, sobre todo, que eran capaces de andar. Este hecho viene reforzado por la comprobación de que tenían el dedo gordo del pie mucho más desarrollado que el resto.

Evidentemente, su hallazgo ha suscitado un amplio debate. Desde que Charles Darwin realizó sus aportaciones para explicar la evolución humana, siempre se ha buscado el animal que representara el paso intermedio entre primates y seres humanos. Ahora, por fin podríamos estar ante él.

Por su parte, el mundo científico está dividido. Por un lado se encuentran los entusiastas que celebran el hallazgo. Por otro, los escépticos que defienden que no es la primera vez que se descubre algo parecido. De hecho, estos últimos citan como ejemplo a los fósiles encontrados hace años en Cataluña y que dieron lugar al descubrimiento de otra especie que podría también caminar sobre dos patas.

A estas alturas, lo único que parece claro es que la ciencia sigue avanzando y que cada día se produce un nuevo descubrimiento que pone patas arriba todo lo anteriormente conocido y, también, que el origen de nuestra especie continúa siendo un misterio.

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