La pregunta del lector: Tengo un perro grande, un cruce de pastor alemán y mastín, y no puedo manejarlo cuando se pone a tirar. Tiene mucha fuerza. Por eso he pensado que, quizás, con un collar pueda llevarlo mejor. Ahora mismo, tiene puesto un arnés. ¿Qué será más seguro y cómodo para él?

Respecto a la comodidad, evidentemente, el arnés no le aprieta el cuello pero, en realidad, dado que sólo lo lleva durante su paseo diario, tampoco va ser tanta la diferencia. La cuestión en este caso es la seguridad. Para los perros de pequeño tamaño y menor fuerza, el arnés funciona muy bien. Sin embargo, para los perros dominantes o de gran tamaño, el collar nos va a facilitar el poderlo conducir por la calle con mayor seguridad.

El motivo es que el arnés se encuentra centrado en su cuerpo mientras que el collar está en un extremo, concretamente, en el cuello. Eso nos permite tirar del mismo con más fuerza y, sobre todo, poderle mandar mensajes continuos mediante tirones cortos, indicándole la dirección hacia la que queremos que se dirija.

Normalmente, una vez que el perro comprenda que debe obedecer las instrucciones de su acompañante, ya dará igual que sea un arnés o collar, porque el animal irá siempre pendiente de la persona que lo lleva.

¿Cómo hacer que mi perro no tire de la correa?

Antes de salir a la calle es conveniente jugar con él por un tiempo, así cuando llegue el momento de salir estará un poco menos ansioso, para conseguir que el perro no tire de la correa. Un ejemplo sería tirarle una pelota o un juguete y hacerle correr para alcanzarlo varias veces.

Cuando llega el momento de ponerle la correa, si tu perro comienza a saltar y ladrar, quédate quieto y en silencio hasta que se haya tranquilizado. Es importante que entienda que debe estar quieto, así al momento de salir su mente estará más relajada. Repite esto las veces que sea necesario antes de enganchar la correa y abrir la puerta.

Una vez en la calle hay distintos métodos para controlar al perro, según su tamaño y su conducta. Lo ideal es enseñarle con premios. Lleva contigo unas golosinas para ir dándole cada 3 o 4 pasos mientras camina a tu lado. Así lograrás que el perro solo te preste atención a ti, en vez de ir mirando los alrededores.

No olvides felicitarlo y darle una caricia. Después de repetir la lección con éxito varios días, comienzas a espaciar las golosinas y reemplazarlas por palabras y caricias hasta que se acostumbre a caminar a tu lado.