SI ELLOS HABLARAN

La cruda realidad de las peleas de gallos

La cruda realidad de las peleas de gallos

La cruda realidad de las peleas de gallos

Raúl Mérida

Raúl Mérida

De todos los malos tratos que sufren los animales en nuestro país, sin duda, hay uno que resulta especialmente singular por la organización que conlleva, por la aceptación social que en determinados lugares tiene y por la frecuencia con la que se produce.

Las peleas de gallos se organizan en torno al dinero. El interés máximo que subyace tras las mismas no es el espectáculo de ver como dos animales se erosionan y lesionan sangrientamente hasta matarse, son las apuestas las únicas que mantienen vivo este maltrato de libro. De hecho, se calcula que en cada pelea de gallo pueden moverse entorno a los cien mil euros. Puede que en alguna sea menos, pero, en la mayoría, es bastante más.

Prueba del poderío económico que se mueve alrededor de éstas, es el precio de los gallos que participan en las mismas. El valor de cada uno puede rebasar fácilmente los diez o veinte mil euros. Los preferidos por su pureza y fiereza, suelen ser los gallos americanos, los malayos, los alemanes o los ingleses. Esos son los más caros.

El maltrato en este tipo de eventos no se circunscribe a la pelea, se alarga desde el inicio hasta el final de todo el proceso. Comienza con el entrenamiento de los gallos, prosigue con la pelea y alcanza, incluso, a las curas que, con loctite u otros pegamentos caseros, le aplican los propietarios de los gallos a las heridas que éstos presentan. Todo vale en un mundo en el que la vida de los animales nada vale. Por eso, a picotazo vivo y bien con sus espolones afilados o bien con otros metálicos que, a modo de cuchilla, les ponen sujetos a los suyos, los animales se destrozan hasta quedar heridos, ciegos o muertos sobre el ring de la batalla.

He visto muchos gallos peleados, me he infiltrado en organizaciones que celebraban peleas y he colaborado con la policía en su desarticulación, lo que, entre otras cosas, me ha servido estar amenazado de muerte durante meses. Sé de lo que hablo, por eso, lo que no entiendo es cómo se permite la cría, venta y tenencia de estos animales. Debería estar prohibida, igual que tampoco entiendo cómo puede existir legalmente una asociación como la del gallo combatiente. Ni lo entiendo, ni creo que lo llegue a entender nunca.