El pasado miércoles los meteorólogos anunciaron la llegada de un fuerte temporal que barrería el noroeste de España, la llamada 'tormenta perfecta'. Ese día, en el Atlántico se formó una 'ciclogénesis explosiva' que suscitó el interés de todos los medios de comunicación.

La cobertura del fenómeno ha sido masiva y en muchos casos se han utilizado términos que no se corresponden con la realidad. El problema de cubrir la información meteorológica son los tecnicismos. Ante tal dificultad, los medios han preferido el brillo, aunque fuese en perjuicio del contenido. Y, si además, hay una película, protagonizada por George Clooney, mejor que mejor. Sin embargo, la borrasca que atravesará el norte peninsular no será una 'tormenta perfecta', si no una 'ciclogénesis explosiva'.

A los expertos en meteorología le parece inadecuado llamar 'tormenta perfecta' al frente que barrerá el noroeste de la Península Ibérica. Además, está conduciendo a una enorme confusión entre la sociedad en general. La borrasca no es la tormenta perfecta, y ni siquiera les parece ético que, para referirse a ella se estén incluyendo imágenes de la famosa película.

La confusión generada por el masivo uso de este término en los medios de comunicación ha provocado que la sociedad no supiera cuál era realmente el fenómeno que le iba a afectar a partir del día de hoy: una borrasca muy profunda capaz de generar vientos con fuerza de huracán.

Pero esta borrasca no es un huracán, ni un tornado, ni un ciclón tropical. "No está llegando el Apocalipsis, aunque el fenómeno será capaz de provocar muchos daños y poner en riesgo la vida de las personas en las zonas donde azotará con mayor intensidad, y que son las que ahora mismo tienen una alerta roja. Por eso no se trata de quitarle importancia, pero tampoco de asustar con términos que inducen a error", insisten desde Cazatormentas.

La verdadera tormenta perfecta

En la historia de la Meteorología de nuestro planeta, sí que existe un fenómeno que recibió ese nombre, y sobre el cuál está basada esta película.

Hay que remontarse hasta 1991, y volar hasta Norteamérica. Así, a finales de octubre, una enorme y profunda borrasca extratropical salió al Océano Atlántico desde los Estados Unidos. A la misma vez, un ciclón tropical, que llegó a ser un huracán y recibir el nombre de GRACE, comezó a ser absorbido al final de su vida por esta gran borrasca, destruyendo su organización y siendo integrada en la depresión extratropical.

Pero la gran sorpresa llegó cuando la depresión siguió ganando organización y en su seno se formó un ente meteorológico con características tropicales que culminó dando vida a un auténtico huracán, estructuralmente y en todo el verdadero sentido de la expresión: un ciclón tropical con vientos sostenidos con fuerza de huracán (120 km/h, al menos).

Este magnífico fenómeno, que provocó el hundimiento del pesquero 'Andrea Gail' sirvió de base a la novela que recibe ese nombre de 'la tormenta perfecta', y la película con el mismo nombre.

Es por esto que la borrasca XYNTHIA, cuyo nombre fue dado durante el día de ayer por el departamento de Meteorología de la Universidad de Berlín, ni por asomo es la tormenta perfecta, ni siquiera se le parece. XYNTHIA destaca por estar sufriendo un marcado proceso de ciclogénesis explosiva.

De este fenómeno podríamos resaltar que los factores que han de darse para que produzca, deben estar perfectamente balanceados para que se pueda asistir a un proceso de una intensidad fenomenal, y parece que nuestra borrasca no está alcanzando una rapidez de intensificación como alcanzó KLAUS a finales de enero del año pasado, y que provocó inmensos daños en todo el tercio norte peninsular y en Francia, sin mencionar los muertos que dejó a su paso.