La instrucción del asesinato de Asunta Basterra Porto, la pequeña de 12 años cuyo cuerpo apareció en una cuneta de Teo el pasado mes de septiembre y cuyos padres permanecen en prisión provisional imputados por el crimen, sigue avanzando el Juzgado de Instrucción 2 de Santiago.

Un nuevo informe confirma que el portátil de Alfonso Basterra fue manipulado antes de su sorprendente aparición. El aparato permaneció desaparecido durante tres meses, hasta que el pasado 30 de diciembre su abogada comunicó al juez instructor que su cliente dejaba el piso alquilado en Santiago y que dentro se encontraba el portátil que la Guardia Civil no conseguía encontrar.

El disco duro ha sido sustituido y los investigadores no han conseguido recuperar información relevante alguna, aunque sí localizaron en el disco duro una huella dactilar -posiblemente de quien manipuló el ordenador- que de haberse encendido el equipo informático tras el cambio hubiera desparecido poro el calor, según un informe de la Guardia Civil que desveló ayer el programa de Ana Rosa.

Los investigadores, no obstante, han conseguido recuperar información del teléfono móvil de Alfonso Basterra y también de los numerosos mails que envió a su exmujer, Rosario Porto, y que permanecían en su ordenador.

El portátil del padre de Asunta fue uno de los principales flecos del caso. De hecho, el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, indicó en el auto que levantaba el secreto de sumario que su búsqueda incluso aconsejaría mantener secretas las diligencias, pero pesaba más el derecho de defensa de los padres de Asunta que se habían comprometido a colaborar en cuando conocieran el contenido de la instrucción.

La madre de Asunta, al levantarse el secreto de la causa, se mostró colaboradora, declaró cuantas veces fue necesario y se prestó a varios exámenes forenses y psiquiátricos. Basterra, sin embargo, se ha negado a declarar hasta ahora.

En el primer registro en su piso de Santiago, el pasado 26 de septiembre, los agentes de la Guardia Civil y la comisión judicial no encontraron ni el ordenador ni el segundo teléfono móvil cuya existencia había intentado "ocultar", según otro auto del magistrado Vázquez Taín. Tres meses después Basterra y los agentes volvían al piso: "Ahí lo tenéis, que no sabéis ni mirar", increpó el padre de Asunta a los guardias civiles. El ordenador había sido colocado a solo un metro de la puerta de entrada y bien visible. Entonces se abrió una investigación para dar con el presunto colaborador de Basterra, que estaría ya identificado. Ahora se comprobará si la huella dactilar hallada en el disco duro corresponde a la misma persona o a otra. Quien cambió el disco duro del portátil se enfrenta a un posible delito de destrucción de pruebas.