El pasado 26 de julio, el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, se convirtió en el primer dirigente español en activo en declarar ante la Audiencia Nacional. Lo hizo en calidad de testigo y en medio de fuertes medidas de seguridad. Aquel día, Rajoy sostuvo que sus responsabilidades al frente del PP fueron siempre fueron políticas y se desentendió de los asuntos económicos de su partido. «Hay una separación nítida y clara de la parte política y la económica», dijo.