El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) vivirá este jueves un fuerte debate a la hora de valorar la designación de Dolores Delgado como fiscala general del Estado. Está previsto que la exministra de Justicia pase el trámite porque cumple los requisitos formales para situarse al frente del ministerio público, pero eso no será óbice para que algunos vocales, de los elegidos a propuesta del PP, muestren su malestar con su elección por pasar directamente de su anterior responsabilidad a la de situarse a la cabeza de los fiscales españoles.

Hasta ahora todos los candidatos que se han visto en el mismo trámite lo han superado, porque al Consejo le corresponde comprobar si la persona propuesta cumple los requisitos previstos en el Estatuto Fiscal que se limitan a que tengan la nacionalidad española y sea una jurista de reconocido prestigio con más de 15 años de experiencia. Solo en la Audiencia Nacional Dolores Delgado ha ejercido 25 años, por lo que cumple con lo exigido sin lugar a duda.

Su última responsabilidad es la que ha puesto en tela de juicio su idoneidad para el puesto. De ahí que el sector conservador del CGPJ quieran dejar constancia de esa circunstancia en el debate, por el daño a la imagen de la institución que comporta, aunque termine siendo votado. También se recuerda que Concepción Sáez, nombrada por Delgado gerente de la Mutualidad General Judicial, votó en contra de los anteriores fiscales generales en el mismo examen, pese a que también cumplían sobradamente los requisitos.

Antecedentes

Existe un precedente de cómo el CGPJ muestra su discrepancia con un futuro fiscal general. En el caso de Jesús Cardenal, propuesto en 1997 por José María Aznar, los vocales fueron más allá de esa valoración técnica. Apoyaron unánimemente su idoneidad, pero, tras cinco horas de reunión, mostraron su preocupación por "manifestaciones" del candidato no acordes con la Constitución. Se referían a la 'Memoria de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco' de 1994, donde Cardenal había hablado de la "mediocridad ética" de la sociedad al reflexionar sobre los planes para facilitar los divorcios, o reconocer a las parejas homosexuales, informa la Agencia Efe.

El caso más similar al de Delgado fue el de Javier Moscoso, ministro de la Presidencia con Felipe González, propuesto para la Fiscalía en 1986. Los vocales se dividieron: 13 votos a favor, seis en contra y uno en blanco.

También hubo discrepancias en el CGPJ con Leopoldo Torres, que en 1990 dejó la militancia socialista para suceder a Moscoso al frente de la Fiscalía -le apoyaron 14 de 20 vocales-. Más controvertida fue la elección en 1992 de Eligio Hernández, con solo 11 votos a favor de un total 18. Tras dos años de un mandato muy cuestionado por su actuación ante los casos de corrupción que afectaban al PSOE, dejó el cargo unos días antes de que el Tribunal Supremo declarara ilegal su nombramiento por no alcanzar los 15 años de ejercicio efectivo como jurista.

Desde entonces son mayoría los fiscales generales que obtuvieron el informe unánime o prácticamente del CGPJ, como María José Segarra, nombrada por el Gobierno de Sánchez en 2018 y cuyo cese se publicaba este miércoles en el Boletín Oficial del Estado. Hasta que Delgado sea nombrada fiscala general, lo que tardará semanas, porque también debe pasar el examen de la Comisión de Justicia del Congreso, que aún debe constituirse, al frente de la Fiscalía estará Luis Navajas, teniente fiscal del Supremo.

La polémica con Villarejo

En la comisión de Justicia no se vota, pero Delgado tendrá que escuchar las críticas que le dirijan los responsables de otros partidos, cuando PP y Vox han presentado hasta querellas en su contra. En cambio podrá estar tranquila respecto a Unidas Podemos o ERC, pese a que en su momento pidieron su dimisión como ministra por su relación con el excomisario José Manuel Villarejo. "Lo que toca Villarejo mancha y cuanto más lejos esté lo que ha tocado Villarejo de la vida política, mejor", dijo en el 2018 el líder del partido morado y ahora vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias.

"Creo que la señora Delgado, como cualquier funcionario público, merece una oportunidad (para) demostrar que efectivamente la Fiscalía actúa con principios de autonomía y respetando la legalidad vigente", matizó este martes en una entrevista en Antena 3.

Para el portavoz parlamentario de Podemos, Pablo Echenique, "el tiempo de los reproches pasó". Desde En Comú Podem, Jaume Asens ha dicho, mientras, "entender" las críticas y ha admitido que puede ser "una decisión poco estética".

Contundente fue también en el 2018 Gabriel Rufián, portavoz parlamentario de ERC en el Congreso, cuando consideró que Delgado debería dimitir, "como cualquier compinche de Villarejo". "No se puede juzgar a alguien antes de que empiece a ejercer el cargo", ha dicho este miércoles, en cambio, a los medios de comunicación.