La crisis del coronavirus tensa las costuras de la coalición de Gobierno. Las discrepancias entre los ministros de PSOE y PSOEPodemos prácticamente desde que echó a andar, en enero, pero la gestión de la pandemia las ha agravado. El malestar inicial ha escalado a un enfrentamiento frontal en el seno del Ejecutivo que nadie se molesta ya en ocultar, ni siquiera cuando el país entero está con el alma en vilo por una crisis que sacude los cimientos de toda la sociedad pero, por lo visto, no los del tablero político. Con los socios de la Moncloa a la greña, y autonomías como Madrid o Cataluña acusando a CataluñaPedro Sánchez de no ayudarles, las consignas de unidad parecen más sólidas en los balcones que en las instituciones.

La bronca en el seno del Gobierno tiene tres grandes aristas: opiniones divergentes sobre las medidas de choque, reparto del protagonismo y miedo a la reacción de la calle. La primera de ellas quedó patente el pasado fin de semana, cuando el Consejo de Ministros se eternizó por las discrepancias de fondo entre socialistas y morados por la respuesta que debía dar el Ejecutivo a la pandemia.

Moratoria de alquileres

Este viernes, la disputa se recrudeció. Los morados denunciaron que el ministerio de Economía, que dirige Nadia Calviño, rechaza su propuesta de suspender el pago de alquileres mientras dure el estado de alarma, informa Miguel Ángel Rodríguez.

Pablo Iglesias quiere que esa medida se apruebe en el Consejo de Ministros del próximo martes, pero, alegan fuentes próximas al vicepresidente segundo, Economía se niega a avalarla, aunque otros departamentos socialistas, como Transportes o Industria, con ministros socialistas, la apoyarían. Fuentes de la presidencia, en cambio, anticipan que el Gobierno ya está estudiado cómo hacer efectiva una moratoria de alquileres de forma acotada.

La queja de Podemos llovió sobre mojado. En la Moncloa hay un amargo malestar con Iglesias desde la rueda de prensa que ofreció el jueves. Fuentes gubernamentales lamentan el tono "de mitin" que empleó desde una tribuna institucional y subrayan que el vicepresidente no pertenece al comité técnico de gestión de la crisis.

"A codazos"

Si apareció en esa comparecencia, insisten, fue para "hacerse un hueco a codazos" para "ganar protagonismo" . Recuerdan, además, que lo hizo estando en una cuarentena que él mismo se comprometió a respetar cuando su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, dio positivo al coronavirus. "No esperábamos algo así de Iglesias con la situación tan grave que estamos viviendo", denuncian fuentes socialistas. "Fue su ego herido por no aparecer en primera línea", opinan otras voces dentro del Gobierno. "Hasta ese momento, las ruedas de prensa estaban siendo espacios para comunicar información y para hacer anuncios. Él lo convirtió en un mitin", lamentan voces próximas a Sánchez.

A los morados, atados ahora a la institucionalidad del Gobierno, les preocupa distanciarse de la calle en un momento de crisis. Hasta que estalló la pandemia, voces próximas a Iglesias defendian la necesidad de comportarse "como un ministro más". Sin embargo, ahora temen que la crisis les pase factura por distanciarse de sus esencias obreristas.

Iglesias no quiere romper con Sánchez. Está determinado a ser su vicepresidente dos legislaturas, indican sus colaboradores más cercanos, pero también es consciente de que esta crisis tiene un final incierto. Ante ese temor a que la legislatura pudiera saltar por los aires, ahora se desmarca y busca alinearse con una población que pide más ayudas.

Cataluña y Madrid

La bronca en el seno del Gobierno se suma a otros frentes de disputa, en Cataluña y Madrid. Ambos ejecutivos autonómicos acusan desde hace días a Sánchez de inacción frente al coronavirus y reclaman medidas más drásticas. La Moncloa, que hasta ahora había evitado entrar en esa discusión, se plantó este jueves. La entrevista de Quim Torra en la BBC, asegurando que el Gobierno no decreta el confinamiento que él pide, fue el detonante. La ministra de Defensa, Margarita Robles, acusó al 'president' de "faltar a la verdad". "Ha demostrado que no tiene altura como representante político", opinó desde RNE. En un sentido similar se expresó su homólogo en Interior. "Solicito el mínimo de lealtad y de cooperación", pidió Fernando Grande-Marlaska en Onda Cero. La ministra de Exteriores, Arantxa González Laya, reclamó estar a la altura de los ciudadanos.