El 21 de junio, España dejó atrás el estado de alarma arrastrada por el optimismo de los buenos datos de la pandemia, sin que nada hiciera presagiar que, en solo dos meses de nueva normalidad, iba a multiplicar la incidencia del virus por 21 sumando más de 131.000 contagios y 500 fallecidos.

Hoy, cuando se cumplen dos meses sin estado de alarma, los brotes superan el millar, pero España estrenó la nueva normalidad con una decena, entre ellos los de los hospitales vascos de Basurto y Txagorritxu, aunque los que preocupaban más eran los desatados entre los trabajadores de varias explotaciones hortofrutícolas de tres comarcas oscenses.

Aunque se miraba de reojo estos focos, las administraciones estaban atareadas con el intercambio del bastón de mando, que volvió del Gobierno a las comunidades; exhaustas tras el maratón del paso de fases de la desescalada, tocaba a cada una diseñar su propia nueva normalidad combinando la seguridad con la recuperación de la hecatombe económica.

Paralelamente, la ciudadanía iba recobrando las libertades que el avance imparable del virus obligó a recortarle con el confinamiento: reencuentro con familiares y amigos, trabajo, escapadas, vacaciones... El cóctel estaba servido.

Cierto es que las características de los casos ahora son diferentes y que el sistema hospitalario en general no sufre de momento como en el pico de marzo y abril. Pero "que nadie se confunda: las cosas no van bien", tal y como reconoció ayer el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.

Incidencia 21 veces superior

Desde mediados de junio se viene observando el incremento del número de casos, mientras que el de hospitalizaciones se empezó a notar a primeros de julio y los ingresos en UCI y defunciones lo hizo a partir de la última semana del mes pasado.

El 21 de junio, España sumaba 246.272 contagios desde el inicio de la pandemia; 125 se detectaron el día de la inauguración de la nueva normalidad.

La tasa de incidencia acumulada (casos diagnosticados por cada 100.000 habitantes) en la semana anterior, en la que se detectaron 740 positivos -254 de ellos con síntomas-, era de 3,55, y del 8,08 en 14 días, en los que el número de infecciones ascendía a 1.668. La incidencia para este periodo era de 1,57 por 100.000 habitantes.

Según el último balance del Ministerio de Sanidad, el total de personas infectadas desde el 31 de enero hasta ayer por la tarde es de 377.906. De ellas, 3.349 recibieron la confirmación el miércoles.

En la última semana, han sido diagnosticadas 35.582 -5.511 con síntomas-, con lo que la tasa de incidencia acumulada se ha multiplicado por 21, hasta 75,66.

Y en las últimas dos, los casos se elevan a 66.905 y la incidencia es de 142,27, una cifra 90 veces superior a la de hace dos meses y la más alta de toda Europa, según los últimos datos disponibles del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en sus siglas en inglés).

La situación es muy dispar por comunidades, siendo las más azotadas por los brotes las que más han incrementado su incidencia en 7 días: hoy sigue siendo Aragón con 243,09, aunque allí va disminuyendo conforme va aumentando la de Madrid (164,23) o el País Vasco (145,85), mientras que Cataluña ha logrado rebajarla significativamente a 67,74.

Estas mismas comunidades arrancaron la nueva normalidad con tasas de 6,9 en el caso de la aragonesa; de 7,91 en el de la madrileña; de 2,76 en la vasca y de 6,57 en la catalana.

Los muertos se quintuplican

El 21 de junio, murieron en España cinco personas con covid; en la primera semana de nueva normalidad, hasta el 28 de ese mes, perdieron la vida 24 enfermos. El global ascendía a 28.323.

Menos de los que fallecieron en un solo día de agosto: el pasado día 8 se alcanzó el pico de 28 decesos, y a lo largo de esta última semana, en la que han muerto 122 personas, el número de defunciones diarias ha oscilado entre 14 y 21.

Números que, a pesar de todo, quedan muy lejos de los 888 muertos contabilizados el 31 de marzo, el más mortífero de la pandemia, según consta en la información actualizada de Sanidad. El total asciende a 28.813, 490 más de los registrados hace dos meses.

De la misma forma, en las fechas del fin del confinamiento se hospitalizaban a la semana en nuestro país alrededor de un centenar de pacientes, y los que eran ingresados en cuidados intensivos oscilaban entre 10 y 20.

Los hospitalizados semanales han ido superando durante los últimos días el millar y llegaron a 1.407 ayer, mientras que en las UCIs han entrado hasta 90 enfermos. En total, 4.636 personas están ingresadas en los hospitales españoles con Covid-19 -el 4 % de la ocupación-, y de ellos, 522 están en la UCI.

Casos importados y ocio nocturno

Hasta ayer por la tarde y desde el fin de la desescalada, las comunidades han comunicado a Sanidad 1.777 brotes y 18.968 casos en todas las comunidades y ciudades autónomas. Pero permanecen activos 1.126, con 12.400 contagios asociados.

En contra de lo que se llegó a pensar en un primer momento con la apertura de fronteras y el regreso de la movilidad, desde 11 de mayo solo se han registrado 1.361 casos importados, 149 de ellos esta misma semana. Uno de cada cinco del total -alrededor de 300- procedían de 228 vuelos comerciales.

Y es que el 31,6 % de los focos tienen su origen en el ámbito social; destacables por el número de infecciones que aparejan son los vinculados a locales de ocio, con 58 brotes y alrededor de 2.700 casos, mientras que los relacionados con reuniones familiares y de amigos suman más episodios (229) pero menos positivos (1.600 casos).

De hecho, los relacionados con el ocio nocturno están provocando gran parte de la transmisión comunitaria en varias comunidades. Y estas son las razones que esgrimieron Gobierno y comunidades el 14 de agosto para decretar su cierre definitivo.

Las residencias

Después están los brotes que afectan a miembros de la misma familia que viven en diferentes domicilios, que suponen el 22,2 % de los focos y el 11,7 % de los casos.

El tercer grupo más frecuente es el que tiene un componente mixto (14,6 % de los brotes y 11,6 % de los casos), donde la transmisión se desplaza por ejemplo del ámbito familiar a otros como el laboral o el social, o viceversa. En los trabajos han surgido el 13,1 % de los brotes y el 18,7 % de los contagios notificados, incluyendo los originados en los temporeros.

Aunque en las últimas semanas, las miradas han regresado con inquietud, y también con la incredulidad de no haber aprendido de la lección más trágica de la pandemia, a las residencias: el coronavirus ha vuelto a golpearlas con brotes como los desatados en la de Burbáguena (Teruel), que ha acumulado más de 70 positivos y once fallecidos.

Los focos en los centros socio-sanitarios representan el 7,7 %, por encima de los sanitarios (2,3 %) y los que ocurren entre otros colectivos socialmente vulnerables (2,6 %).

Baja la media de edad

Según los últimos datos del Instituto de Salud Carlos III, la mayor proporción de casos de covid-19 se producen en el grupo de 15 a 59 años, que representan el 70 % del total. Es un porcentaje que no ha variado sustancialmente durante toda la crisis, aunque sí lo ha hecho la mediana de edad.

Durante el pico de la primavera, esa mediana se situaba en los 59 años, y era mayor en hombres (62), que en las mujeres (57).

La cifra ha ido descendiendo paulatinamente y a mitad de julio se situaba en 48 años, si bien era mayor en el caso de ellas que en el de ellos (50 vs 47 años); en agosto ha ido bajando semanalmente hasta los 38 años hasta que el último dato arrojado por Sanidad ayer mismo fue de 35.

Más pruebas, más asintomáticos

Las autoridades sanitarias se afanan actualmente en descubrir si esta subida general de la curva se puede atribuir al incremento de la capacidad diagnóstica.

En mitad del debate sobre la escasez de rastreadores, lo cierto es que los casos sospechosos detectados se han duplicado en dos meses y alcanzan alrededor de 20.000 diarios. Los asintomáticos se mueven en torno al 60 %.

No en vano, España ha pasado de los 3,2 millones de PCR realizados hasta mediados de junio -5,1 millones de pruebas si se añaden los test rápidos- a 5,3 millones de PCR -casi 8 millones en total-.

El 17 de agosto, se hicieron en España 58.945 PCR. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha venido reiterando en varias ocasiones su deseo de que se pudieran alcanzar las 50.000. Al menos ese objetivo está cumplido.